Washington. A mediados de septiembre, el equilibrio geopolítico mundial vivió un pequeño terremoto, un temblor con réplicas en varias aristas: Estados Unidos , Reino Unido y Australia creaban oficialmente el Aukus , una nueva alianza en el Indo-Pacífico. El objetivo: poner freno y provocar disuasión al poder expansivo de China en la región.
El Aukus (acrónimo que juega con el inicio de los países que lo forman en su nomenclatura inglesa) se vendió a la opinión pública con un pacto en el que el factor más importante era la venta de submarinos nucleares estadounidenses a Australia, algo que despertó una crisis diplomática sin precedentes con Francia , que ya tenía un contrato previo con Canberra que fue triturado de inmediato y con un preaviso de menos de una hora, en uno de los episodios más patosos de la diplomacia de los últimos tiempos.
Sin embargo, ese no es el punto fuerte, aunque sí importante: los submarinos no llegarán hasta finales de la década de los 2030. “Los submarinos australianos son solo una parte de esa imagen: agregarán capacidad militar muy importante a EU y sus aliados, pero esa no es la parte más importante de Aukus”, explicó a este diario Arzan Tarapore, experto en la región sudasiática de Stanford University.
“[El objetivo] es principalmente disminuir la actividad de China en la región de Asia-Pacífico”, explicó a EL UNIVERSAL Rosemary Foot, profesora de relaciones internacionales en el centro de estudios chinos del St. Anthony’s College de la Universidad de Oxford .
La política exterior del presidente Joe Biden , a grandes rasgos y simplificando mucho, se podría resumir en una intención de recuperar y reforzar las alianzas clásicas de Washington y priorizar la competición estratégica con China, oponente en la pelea por el dominio geoestratégico y el liderazgo planetario. Ahí entra en juego el interés por la región del Indo-Pacífico, el tener presencia y control y capacidad de respuesta.
“La administración Biden reconoce que ganar ventaja en tecnologías de vanguardia es una parte central de la competencia estratégica con China, que es su principal prioridad en política exterior”, argumenta Tarapore. “Aukus está enfocado en investigación en defensa y la aplicación de esas tecnologías, como la inteligencia artificial o la computación cuántica. Aunar los recursos, el conocimiento y las cadenas de suministro de sus aliados más cercanos es una forma en la que Estados Unidos puede aumentar sus capacidades para competir con China en este terreno”.
Para Foot, además, la consolidación del Aukus no es solo importante para EU. “Para los australianos y otros países del Asia-Pacífico ayuda a anclar a Estados Unidos a sus necesidades de seguridad en un periodo donde muchos Estados en la región temían una retirada de los Estados Unido y un reénfasis en el “America First”, expresó la experta, recuperando el lema aislacionista del expresidente Donald Trump .
Para Walter Russell Mead, columnista del The Wall Street Journal y experto del conservador Hudson Institute, “Aukus es el pacto Indo-Pacífico del futuro”, como tituló uno de sus textos más recientes. Ahí, Mead argumentaba que se trata de “una alianza profunda pero flexible entre potencias en tecnología de vanguardia que podría definir el siglo XXI y servir de modelo para las alianzas de EU en el Indo-pacífico”.
Según el columnista, que se basaba en una entrevista con el primer ministro australiano, Scott Morrison, Australia concluyó que “ante una China incansable y en crecimiento”, “solo lazos más estrechos con EU podrían proveer la protección y la disuasión que necesitan”.
De hecho, el columnista apunta que “si el comportamiento chino continúa llevando a sus vecinos hacia alianzas más cercanas con EU y entre ellos, Japón y Taiwán, podrían entrar en alianzas más profundas y parecidas a Aukus, o incluso en el mismo Aukus. Un bloque que comparte tecnología y coordina políticas de defensa que incluyera a Japón , India , Taiwán y los países del Aukus sería una fuerza formidable”.
Para Tarapore, la creación del Aukus es una alianza natural, que deriva orgánicamente de la alianza de inteligencia de los Cinco Ojos (formada por Australia, Reino Unido y Estados Unidos, además de Canadá y Nueva Zelanda). “Australia y el Reino Unido son claramente los socios de seguridad nacional más cercanos de los Estados Unidos”, asegura.
Foot, en este aspecto, disiente en que la alianza fuera algo “esperado”, ya que “el foco hasta ahora había estado en el Quad”, grupo que integran Australia, Estados Unidos, India y Japón.
En lo que sí coinciden los expertos es en el enojo y preocupación despertados en China. “Definitivamente preocupará a China: cualquier esfuerzo por profundizar en alianzas importantes es una amenaza a los planes chinos de preeminencia regional; y especialmente un nuevo acuerdo centrado en tecnología será preocupante para Beijing”, apuntó Tarapore.
“China ve este acuerdo como un diseño para amenazarla y contenerla; y argumenta que los Estados blancos no-asiáticos buscan una hegemonía en la región que no les pertenece”, añadió por su parte Foot, quien sin embargo señaló que ese “es un argumento que solo funciona con algunos países de Asia-Pacífico . Otros dan la bienvenida en silencio a los intentos para equilibrar la amenaza percibida de una China en crecimiento”.
“El asunto importante”, resume Tarapore, “es que la administración Biden está enfocada en la competencia estratégica con China, y Aukus es un compromiso claro y tangible en esa competencia”.
Para Michael John Williams , experto en seguridad transatlántica del Scowcroft Center y profesor de la Syracuse University, además de exasesor del Departamento de Estado, “a pesar de que la decisión de entrar al pacto Aukus es lógica, dado su enfoque en China y la región del Asia-Pacífico, la manera en la que se ha alcanzado socava la misma orden que el equipo de Biden supuestamente tenía que mantener”. O, en otras palabras: mientras apostaba todo en su cruzada para competir y contrarrestar el poder de China, dejó tocada la otra pata de su política exterior: la recuperación de alianzas y la prueba de que “America is back” con sus socios tradicionales.
“Parece que la administración Biden se considera a sí misma el único jugador en la ciudad y, por lo tanto, no necesita preocuparse por lo que piensan los aliados, ya que no hay forma de que la Unión Europea pueda reconciliarse con un orden mundial liderado por China. Esta es una suposición peligrosa”, criticó.
El desplante sufrido por Francia fue de dimensiones épicas, hasta el punto de que París quitó temporalmente su embajador en Washington. “Los miembros de Aukus obviamente fueron bastante poco diplomáticos e hirieron sensibilidades francesas, pero en última instancia, los miembros de Aukus y Francia reconocen que tienen intereses en la región y que es de su interés alinearse. Veremos esto como un bache, un alejamiento desafortunado pero temporal”, augura Tarapore.
Al presidente francés, Emmanuel Macron, de momento le puede servir como oportunidad de oro para erigirse como líder de una Europa que quedará huérfana de liderazgo tras la salida de Angela Merkel de la cancillería alemana, y convencer a sus socios europeos que la crisis evadida con Estados Unidos puede servir de palanca para exigir jugar un papel relevante en la región Indo-Pacífica.
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