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Un atacante suicida se inmoló ayer cerca de un grupo de policías y manifestantes en Kabul, lo que causó la muerte de al menos a 11 personas y heridas a otras 25, indicaron funcionarios, en el último episodio violento que ha sacudido a la capital afgana. El Estado Islámico (EI) reivindicó el atentado.
El ataque ocurrió durante una manifestación convocada en protesta por la muerte de un comerciante durante una operación policial contra traficantes de alcohol y de drogas, explicó un responsable que pidió el anonimato.
“Un atacante suicida hizo estallar su carga (...) cerca de varios policías que estaban protegiendo una manifestación”, declaró un portavoz del ministerio del Interior, Nasrat Rahimi.
Otro portavoz, el del ministerio de Salud afgano, Wahid Majroh, indicó que se habían trasladado 11 cadáveres a hospitales, junto con 25 heridos, aunque añadió que el balance podría aumentar.
El portavoz de la policía de Kabul, Basir Mujahid, indicó que el suicida había apuntado contra agentes de la policía, cinco de los cuales perdieron la vida y otros once resultaron heridos.
Una fuente de seguridad que pidió no ser identificada, declaró que 20 personas habrían muerto y que 20 habrían sido heridas.
En unas imágenes tomadas por la cadena de noticias afgana Tolo News aparecían unos hombres, al parecer comerciantes, negando que hicieran contrabando con bebidas alcohólicas.
Los habitantes de Afganistán, un país mayoritariamente musulmán, tienen prohibido vender y consumir alcohol.
El presidente, Ashraf Ghani, condenó el “ataque bárbaro” y ordenó una investigación, según un comunicado del palacio presidencial. El mortífero ataque se produjo una semana después de que más de 40 personas perdieran la vida y docenas resultaran heridas en un atentado suicida, reivindicado por el EI, contra la comunidad chiíta de Kabul.
Fue el tercer atentado mortal reivindicado por este grupo en la capital afgana en diciembre pasado. Este ataque siguió al de un suicida que mató a seis civiles el día de Navidad cerca de un complejo de la agencia de inteligencia afgana, en Kabul, y que también fue reivindicado por el Estado Islámico.