Jolo.— El grupo terrorista Estado Islámico (EI) reivindicó ayer las explosiones que tuvieron lugar en la catedral de la ciudad de Jolo, en el sureste de Filipinas, en las que murieron al menos 20 personas y 81 más resultaron heridas.
En un comunicado en la agencia de noticias Amaq, afín al grupo yihadista, los radicales aseguraron que 40 personas fallecieron y 180 fueron heridas en dos ataques suicidas contra “un templo de los cruzados”, en la isla de Mindanao, según informó el grupo especializado en terrorismo SITE.
La nota detalla que uno de los suicidas hizo estallar su chaleco con explosivos en la entrada de la iglesia, donde estaban congregados los cristianos, mientras que el otro se inmoló poco después en el estacionamiento.
Asimismo, la filial del EI en el Este de Asia aseguró que entre las víctimas hay 14 miembros de las fuerzas de seguridad.
Las autoridades locales informaron de la muerte de 20 personas y 81 heridos, la mayoría civiles que acudieron a la misa de la mañana, además de varios militares.
Previamente se había informado de 27 fallecidos y 77 heridos; sin embargo, el jefe de la Policía regional, Graciano Mijares, aclaró que durante el recuento inicial algunas víctimas fueron contadas dos veces.
El secretario de Defensa filipino, Delfin Lorenzana, dijo que los heridos más graves fueron trasladados vía aérea al hospital de Zamboanga, mientras que la seguridad fue reforzada en los recintos de culto en la zona.
El suceso tiene lugar días después del referendo para la creación de una región autónoma musulmana en el sur del país, bautizada Bangsamoro, y concebida como solución pacífica a décadas de conflicto separatista provocado por los radicales islamistas.
La provincia de Sulu —donde Jolo es la capital— votó en contra de integrarse en Bangsamoro, pero como forma parte de la Región Autónoma del Mindanao Musulmán (ARMM), con otras cuatro provincias, sus votos computan en bloque y pasarán a pertenecer a esa nueva entidad.
En Sulu tienen sus bastiones varios grupos yihadistas ligados al Estado Islámico, como Abu Sayyaf o el grupo Maute, responsables de sangrientos atentados en la región.