Kabul.— Al menos 14 personas murieron ayer en un atentado suicida en el aeropuerto de Kabul, capital de Afganistán, que se produjo minutos después del regreso al país del vicepresidente, el general Abdul Rasheed Dostum, informó el Ministerio del Interior.
Entre los muertos hay al menos 10 miembros de las fuerzas de seguridad. Unas 60 personas, entre ellas también civiles, resultaron heridas, indicó el portavoz de la policía de Kabul, Hashmat Stanakzai. El aeropuerto opera actualmente con normalidad.
El presidente afgano Ashraf Ghani condenó el ataque, en un comunicado publicado por el palacio presidencial. Najib Danish, portavoz del Ministerio del Interior, declaró que la policía había identificado al terrorista, pero que logró hacer estallar su chaleco de explosivos antes de que fuera arrestado.
El Estado Islámico (EI) reivindicó el atentado y aseguró que el objetivo del mismo era Dostum, según la agencia de noticias Amaq, vinculada con los yihadistas.
Danish señaló que la explosión se produjo en la entrada del aeropuerto junto a una concentración de simpatizantes de Dostum que se habían reunido para saludarlo.
Vicepresidente resulta ileso. Dosum resultó ileso puesto que había pasado por el área unos 15 minutos antes. Él regresaba tras pasar 14 meses en el exilio en Turquía. Se fue de Afganistán en mayo de 2017 antes de que comenzara un juicio en su contra por el presunto secuestro y tortura de un oponente político.
En un discurso pronunciado después del atentado, el general de origen uzbeko aseguró que había viajado a Turquía para recibir tratamiento médico; no obstante, se cree que viajó a ese país para evitar ser investigado.
Sobre las acusaciones contra Dostum, el portavoz del Gobierno Haroon Chakhansuri dijo que el caso será investigado por la justicia afgana en concordancia con la ley, pero teniendo en cuenta la fuerte influencia de Dostum entre los uzbekos y las posibles reacciones si es finalmente investigado, no está claro cuán lejos quiere llevar el caso el gobierno afgano.
El regreso de Dostum ocurre en medio de crecientes tensiones entre el gobierno y la etnia uzbeko luego de que Nizamuddin Qaisari, un poderoso comandante local cercano al vicepresidente, fuera arrestado por las fuerzas especiales afganas el 2 de julio.
En los últimos 10 días, los partidarios de Dostum han protestado en al menos cuatro provincias para pedir la liberación de Qaisari y el regreso de Dostum.