Kiev.— Al menos 23 personas murieron ayer en una ciudad del centro de Ucrania, incluidos tres niños, en un ataque calificado de “acto audaz de terror ruso” por el presidente ucraniano y de “atrocidad” por la Unión Europa (UE).

Estos ataques en Vinnytsia, una zona del país que hasta ahora estaba relativamente a salvo de los combates, tuvieron lugar mientras en La Haya se lleva a cabo un encuentro sobre crímenes de guerra cometidos en Ucrania. En una intervención a distancia organizada por la Corte Penal Internacional (CPI), la Comisión Europea y Países Bajos, el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, reclamó la creación de un “tribunal especial” para juzgar “los crímenes de la agresión de Rusia contra Ucrania”.

En Vinnytsia, las imágenes publicadas por los socorristas mostraban autos calcinados junto a un edificio de unos 10 pisos quemado y destruido por la explosión. De acuerdo con el ejército ucraniano, “tres misiles” alcanzaron el estacionamiento junto a este inmueble comercial del centro de la ciudad.

Al menos 23 personas murieron, entre ellos tres niños, y 39 personas seguían desaparecidas, según los servicios de rescate.

“Cada día, Rusia mata a civiles, mata a niños ucranianos, lanza misiles contra blancos civiles donde no hay nada militar. ¿Qué es esto sino un acto abierto de terrorismo?”, denunció en Telegram el mandatario ucraniano.

El jefe de la diplomacia ucraniana, Dmytro Kuleba, presente en el encuentro, denunció de nuevo “un crimen de guerra ruso” y el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, se dijo “aterrado” por el bombardeo. “Estas atrocidades en Vinnytsia son las últimas de una larga serie de ataques brutales contra la población y las infaestructuras civiles”, denunció la UE.

La jefa de redacción del grupo mediático estatal Russia Segodnya, Margarita Simonian, afirmó en Telegram que el ejército ruso le había comunicado que había atacado “la casa de los oficiales, donde se habían desplegado nacionalistas”.

Moscú ha centrado en las últimas semanas su estrategia en el sur y el este. En el sur, Mikolaiv, cerca de Odesa, fue blanco de un bombardeo “masivo” el jueves por la mañana. “Dos escuelas, infraestructuras de transporte y un hotel quedaron dañados”, dijo la presidencia rusa en su informe diario. En el este, en la cuenca minera del Donbás, parcialmente bajo control de separatistas prorrusos desde 2014, las fuerzas prorrusas dijeron que estaban cerca de su próximo objetivo. “Siversk está bajo nuestro control operacional, lo que significa que el enemigo puede ser alcanzado por nuestro fuego en toda el área”, afirmó un responsable de los rebeldes, Daniil Bezsonov, citado por la agencia de noticias rusa TASS.

En el frente de batalla, los ejércitos ruso y ucraniano están tratando de reponer sus existencias agotadas de vehículos aéreos no tripulados para identificar las posiciones enemigas y guiar los ataques de artillería.

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