KIEV.- Al menos cuatro personas murieron, docenas resultaron heridas y otras podrían estar atrapadas bajo los escombros después de que dos misiles rusos golpearan la ciudad central ucraniana de Kryvyi Rih, según indicó este lunes el ministro ucraniano del Interior.
Uno de los dos misiles golpeó un edificio de apartamentos y destruyó una parte entre los pisos cuarto y noveno, según el ministro del Interior, Ihor Klymenko. Un video del lugar mostraba humo negro saliendo de los apartamentos en la esquina del edificio y autos quemados o dañados junto a una calle arbolada. El otro misil destruyó parte de un edificio universitario de cuatro plantas.
Entre los muertos había un niño de 10 años, dijo Klymenko. El ataque de la mañana dejó 44 heridos, según Serhii Kruk, responsable del Servicio Estatal de Emergencias.
Por otro lado, un ataque ucraniano de artillería en la provincia parcialmente ocupada de Donetsk dejó dos muertos y seis heridos en la capital regional, según Denis Pushilin, el líder nombrado por Moscú para la provincia anexionada de forma ilegal.
También un autobús fue alcanzado dentro de sucesivos ataques ucranianos sobre la ciudad de Donetsk el lunes, dijo Pushilin.
No fue posible verificar de forma independiente las afirmaciones de ningún bando.
La contraofensiva ucraniana dirigida a expulsar fuerzas rusas de zonas ocupadas se intensificó la semana pasada. Al mismo tiempo, Ucrania ha intentado llevar la guerra al corazón de Rusia y según reportes emplea drones para golpear objetivos tan distantes como Moscú.
Los ataques con drones ucranianos contra Rusia y territorio anexionado por Moscú, especialmente Crimea, se han hecho más frecuentes. El último episodio, registrado el domingo, dañó dos edificios de oficinas a unos pocos kilómetros (millas) del Kremlin.
En Kryvyi Rih, la localidad natal del presidente del país, Volodimir Zelenksy, los equipos de rescate buscaban el lunes a personas atrapadas en los escombros de los dos edificios afectados. Las fuerzas del Kremlin han atacado la ciudad de forma ocasional desde que invadieron Ucrania en febrero de 2022.
Los bombardeos con misiles, artillerías y drones han sido una pieza característica de las tácticas de Moscú, y han continuado durante la contraofensiva ucraniana iniciada en junio.
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Las autoridades rusas insisten en que sólo apuntan a objetivos militares legítimos, pero Ucrania y sus aliados afirman que las numerosas muertes civiles en ataques anteriores ofrecen pruebas de crímenes de guerra.
“En los últimos días, el enemigo ha atacado con persistencia ciudades, centros urbanos, bombardeando objetivos civiles y viviendas”, dijo Zelensky en un comunicado en redes sociales. “Pero este terror no nos asustará ni nos quebrará”.
Los proyectiles rusos también mataron el lunes a una mujer de 70 años en su casa en una aldea de la provincia de Járkiv, cerca de Izyum, así como a un civil en la localidad de Jersón, en el sur de Ucrania, según las autoridades locales.
En la provincia oriental de Donetsk, una persona murió y siete sufrieron heridas en ataques rusos contra 12 ciudades y pueblos, según el gobernador Pavlo Kirilenko.
Las autoridades ucranianas no reconocieron los ataques del domingo en la región de Moscú. En su mensaje en video de cada noche, Zelensky dijo que “poco a poco, la guerra vuelve al territorio de Rusia, a sus centros simbólicos y bases militares, y este es un proceso inevitable, natural y absolutamente justo”.
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Por su parte, el líder mercenario ruso Yevgeny Prigozhin dijo el lunes que su Grupo Wagner no estaba reclutando combatientes en este momento.
En un mensaje de voz publicado en un canal de Telegram asociado al jefe de Wagner, Prigozhin dijo que la compañía ha suspendido las contrataciones porque en este momento “no falta personal”.
Prigozhin se había mostrado de acuerdo con las estimaciones occidentales de que perdió más de 20 mil hombres en la larga batalla por la ciudad ucraniana de Bájmut.
El magnate lideró el mes pasado un breve motín contra Moscú en el que reclamaba un cambio de liderazgo en el ejército ruso. En un intento de controlarle, las autoridades rusas insistieron en que los combatientes de Wagner sólo podrían volver a Ucrania si se unían al ejército regular ruso.
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