Managua.— Fuerzas del gobierno nicaragüense atacaron ayer una universidad de Managua y el barrio Monimbó, de la ciudad de Masaya, en una jornada que dejó al menos dos muertos, mientras el presidente Daniel Ortega abogaba por “la paz”, en medio del paro opositor, el segundo en tres meses de protestas que dejan más de 300 muertos.

“Vinieron con armas de fuego, vinieron a matar”, dijo a periodistas un joven en una iglesia cerca de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN), donde están atrincherados estudiantes desde el inicio de las protestas contra el gobierno de Ortega.

Más de un centenar de personas, la gran mayoría estudiantes, se refugiaron en una iglesia cercana a la UNAN, rodeada por policías y paramilitares. Varias personas se encuentran heridas, precisó un médico en el lugar.

Al mismo tiempo, fuerzas de Ortega, fuertemente armadas, dispararon hacia Monimbó, Masaya, adonde no pudo llegar Ortega junto a una caravana de seguidores puesto que sus pobladores están atrincherados en resistencia al gobierno. “Nos están hostigando, Monimbó está terriblemente bajo ataque”, dijo a la AFP un vecino de esa ciudad, vía telefónica. De acuerdo con la Asociación Nicaragüense Pro Derechos Humanos (ANPDH), esta agresión dejó dos muertos.

“Es urgente que cesen de inmediato los ataques que en este momento suceden en Monimbó, Masaya, contra estudiantes de la UNAN y la Iglesia de la Divina Misericordia”, tuiteó la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas. El secretario general de la OEA, Luis Almagro, pidió a las autoridades dejar entrar a la universidad a expertos de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).

Ortega instó a sus opositores a “deponer la violencia”, durante el acto en Masaya, a 25 kilómetros de Managua, adonde llegó al frente de una larga caravana de vehículos con miles de simpatizantes y empleados públicos.

Durante el día la actividad comercial estuvo prácticamente paralizada. Mercados, bancos, tiendas, gasolineras, restaurantes y pequeñas ventas de comida no abrieron en ciudades y pueblos, en apoyo al paro nacional que convocó la oposición.

En Washington, la OEA sesionó sobre la grave situación de Nicaragua. Siete países presentaron un proyecto de resolución que exhorta al gobierno de Ortega a poner fin a la violencia y apoyar elecciones anticipadas.

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