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San José.- ¿Por qué Costa Rica , con uno de los más elevados índices del desempleo en Centroamérica, tiene la peculiaridad de que, a diferencia de otros países de Centroamérica, no es el origen de fenómenos de caravanas migrantes irregulares a Estados Unidos ?
¿Y por qué Guatemala , con una de las más bajas tasas de desempleo de América Latina y el Caribe y es la economía más grande de Centroamérica, es una de las principales fuentes de las avalanchas humanas migratorias que buscan “el sueño americano” en suelo estadounidense?
La respuesta podría estar en que Costa Rica construyó desde hace más de 70 años un proceso de estabilidad democrática , al abolir el ejército en 1948 y, en vez de gastar en soldados, armas, balas, cañones y cuarteles, prefirió invertir en médicos, maestros, seguridad social, hospitales, escuelas, colegios, universidades y en otros rubros de salud, educación y justicia y consolidó un mecanismo de tolerancia política.
Otra respuesta sería que Guatemala sufrió una guerra de 1960 a 1996 que dejó unos 200 mil muertos y desaparecidos , con regímenes militares dominantes de 1954 a 1986 y en un aparato sociopolítico dominado por décadas por castas castrenses aliadas a oligarquías económicas y financieras con golpes de Estado, escenarios de exclusión social y marginación, en especial de las comunidades indígenas, y de impunidad, represión y violaciones a los derechos humanos.
“Costa Rica tiene un tejido social más sólido que en otros países de Centroamérica”, dijo la costarricense Lina Barrantes , directora ejecutiva de la Fundación Arias para la Paz y el Progreso Humano , una organización no estatal con sede en esta capital que estudia las situaciones socioeconómicas y políticas regionales.
“En otros países centroamericanos, la gente se tiene que ir a otros sitios a buscar trabajo y se tiene que mover mucho”, relató, en una entrevista con EL UNIVERSAL .
Con una fuerza económicamente activa de unos 2 millones 459 mil hombres y mujeres y en un país con unos 5 millones de habitantes
, una de las poblaciones más bajas del área, el desempleo general en Costa Rica es del 12% y golpea a unas 294 mil personas , por lo que es uno de los más altos del istmo centroamericano, según datos actualizados del (estatal) Instituto Nacional de Estadísticas y Censos enviados a este periódico.
De los aproximadamente 2 millones 165 mil ocupados, cerca de un millón 100 mil engrosan la economía formal y unos 971 mil están en la informal . La pobreza golpea a aproximadamente un millón de costarricenses y las carencias socioeconómicas también azotan a Costa Rica.
Sin embargo, el efecto migratorio tampoco es masivo en este país. En un fenómeno distinto a lo que ocurre principalmente en Honduras, Guatemala y El Salvador, que forman el Triángulo Norte de Centroamérica , y en Nicaragua, hundida en una profunda crisis política y socioeconómica, la migración al exterior tampoco parece ser una de las opciones de los costarricenses desocupados para enfrentar las dificultades.
“El tejido social hace que los costarricenses no migremos”, recalcó Barrantes.
No obstante, el escenario es radicalmente diferente en el Triángulo y en Nicaragua: sus migrantes repiten que la escasez de fuentes de trabajo es una de las razones para migrar.
Desempleo y migración
Al conmemorarse hoy el Día Internacional de los Trabajadores , el factor laboral resurgió como uno de los problemas que atiza la movilidad humana.
Las dificultades laborales son una de las causas por las que, junto a la inseguridad y la violencia y a los demás factores de las crisis socioeconómicas, cerca de medio millón de centroamericanos optan por desplazarse solos o con sus familias al exterior ante la falta de fuentes de empleo y se unen a las avalanchas de migrantes irregulares que viajan por México, a pie y sin visa, hacia EU.
Cifras del (estatal) Instituto Nacional de Estadísticas de Honduras mostraron que la tasa de desempleo en ese país, que es fuente de generación masiva de migrantes irregulares, llegó en 2018 a 5.7%, en un escenario de unas 4 millones 90 mil personas ocupadas y una población de 9,2 millones de personas , que la segunda más elevada de Centroamérica, luego de Guatemala.
“El mayor problema es el subempleo invisible”, que es superior a un millón 900 mil personas, advirtió el (estatal) Comisionado Nacional de los Derechos Humanos de Honduras ( CONADEH ), éste calculó que la miseria en sus variados rangos azota al 63% de los hondureños.
“La principal causa de los niveles de desempleo abierto y subempleo es el hecho que la economía en Honduras no crece lo necesario y eso trae como consecuencia que no se generen los puestos de trabajos demandados”, añadió.
Datos de la Organización Internacional del Trabajo ( OIT ) precisaron que Guatemala, entre tanto, registró en 2018 un desempleo de 2.7% , uno de los más bajos de América Latina y el Caribe y sólo superado por Cuba —otro emisor de migrantes— con 2.3%.
Aunque el porcentaje guatemalteco podría ser una muestra de solidez económica, sólo exhibe una realidad en 2018: más del 70% de los guatemaltecos son parte de la economía informal, en una población total que ya superó los 17 millones de habitantes —con 60% en pobreza— y una fuerza laboral de unos 7 millones de personas , de acuerdo con recuentos de OIT, el Banco Central de Guatemala y el (estatal) Instituto Nacional de Estadística .
“Guatemala tiene muchas oportunidades, expectativas y posibilidades, pero no son iguales para todos”, lamentó el guatemalteco Nery Rodenas , director de la Oficina de Derechos Humanos del Arzobispado de Guatemala . “La gente sin acceso a educación, salud, recreo, a condiciones de trabajo, es la que tiene que abandonar Guatemala. Es una paradoja, precisamente porque Guatemala tiene mucha riqueza, pero no está distribuida equitativamente para todos”, explicó Rodenas a este diario.
Guerra y desamparo
El Salvador, mientras tanto, bajó el desempleo de 7.5% en 1991, en las postrimerías de una guerra civil que se prolongó de 1980 a 1992, a 4.4% en 2018, según OIT.
Con unos 6.5 millones de habitantes, la fuerza económica ascendió en 2018 a dos millones 851 mil personas , por lo que hay más de un millón 250 mil desocupados , de acuerdo con OIT, pero unos 2 millones y medio de personas en pobreza , según una encuesta de la estatal Dirección General de Estadísticas y Censor de 2017.
Nicaragua, asimismo, cayó a partir de abril de 2018 en la peor crisis política, socioeconómica e institucional del siglo XXI y la más grave tras el final en 1990 de los dos conflictos bélicos y las revueltas guerrilleras que asolaron a esa nación con diversa intensidad desde 1961.
El desempleo en Nicaragua fue de 4.5% (más de un millón 350 mil) en 2018, en casi 3 millones de población económicamente activa y casi 6.5 millones de habitantes, precisó OIT. Pero la iniciativa privada nicaragüense alertó este año que hay unos 300 mil nuevos desempleados por más de un año de crisis sin expectativas de solución.
La (no estatal) Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social ( Funides ) calculó en septiembre de 2018 que, por la crisis generalizada y su severo impacto social y financiero, la pobreza general aumentó de 29.6% a 34.8% en Nicaragua , en un panorama de progresivo deterioro económico y una migración de más de 50 mil nicaragüenses que el año pasado migraron a Costa Rica para huir de la violencia política .
“Los trabajadores de Centroamérica, conmemoran en un día como hoy, pero exigen, piden, ante la situación de pobreza, de explotación laboral, de salario indigno”, afirmó el salvadoreño Miguel Montenegro , director ejecutivo de la (no estatal) Comisión de Derechos Humanos de El Salvador .
A una consulta de EL UNIVERSAL, Montenegro explicó que “la migración que más se evidencia es la de los centroamericanos que venden sus enseres e hipotecan sus casas y terrenos, buscan nuevas oportunidades y posibilidades, y migran y arriesgan sus vidas para poder migrar hacia Esatdos Unidos para mantener a sus familias”.
De inmediato, sentenció: “La negación de una posibilidad de trabajo es lo que provoca muchas veces emigrar para perseguir la seguridad económica. La situación es muy alarmante en Centroamérica”.
jabf