Estados Unidos se acerca cada vez más a un cierre de gobierno que podría tener graves consecuencias económicas y que parece inevitable debido al bloqueo de los republicanos afines al expresidente Donald Trump.
El cierre de gobierno más largo ocurrió entre 2018 y 2019, cuando el entonces presidente Donald Trump y los demócratas del Congreso entraron en un punto muerto por su demanda de financiación para un muro fronterizo. La interrupción duró 35 días, durante la temporada de vacaciones, pero también fue sólo un cierre parcial del gobierno porque el Congreso había aprobado algunos proyectos de ley de asignaciones para financiar partes del gobierno.
En esa ocasión, el entonces mandatario insistió durante semanas en que no reabriría el gobierno hasta que los legisladores acordaran desembolsar más de 5 mil millones de dólares para el muro fronterizo.
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Trump rechazó entonces repetidamente los llamados a reabrir el gobierno sin dinero para el muro. Durante una reunión con un grupo bipartidista de legisladores de la Cámara de Representantes, a Trump le preocupaba no poder obtener fondos para su muro fronterizo si aceptaba reabrir el gobierno mientras continúan las negociaciones.
"Si lo abro, será difícil volver a cerrarlo", dijo Trump, según una persona en la sala, reportó Politico en 2019.
Pero los aliados de Trump en el Congreso lo instaron a reconsiderar su decisión, indicó el medio.
Ahora, a las 00.00 horas del domingo 1 de octubre, la administración pública se quedará sin fondos, lo que llevaría al cierre de la mayoría de las agencias gubernamentales, museos y parques nacionales, mientras que 1.3 millones de militares y cientos de miles de funcionarios dejarían de percibir su salario.
Además, según Goldman Sachs, el cierre podría afectar a la economía estadounidense, reduciendo el Producto Interno Bruto (PIB) entre 0,15 y 0,2 puntos porcentuales por cada semana que dure.