Los equipos de rescate en Europa occidental están trabajando a contrarreloj para encontrar sobrevivientes de las inundaciones que han causado estragos en Europa occidental.
Más de 183 personas han muerto y cientos siguen desaparecidos después de que las lluvias récord provocaron graves inundaciones en Alemania y Bélgica.
Las fuertes precipitaciones también afectaron a Suiza, Luxemburgo y los Países Bajos, donde el primer ministro Mark Rutte declaró desastre nacional en una provincia del sur.
Los líderes europeos responsabilizan el clima extremo al cambio climático.
Los expertos dicen que el calentamiento global aumenta la probabilidad de lluvias torrenciales.
Las temperaturas del mundo ya se incrementaron alrededor de 1.2 °C desde que comenzó la era industrial.
En Alemania, donde el número de muertos supera los 100, el presidente Frank-Walter Steinmeier, durante una visita a una región afectada por las inundaciones el sábado, dijo que estaba anonadado por la devastación.
"Lugares enteros están marcados por el desastre", declaró Steinmeier en una conferencia de prensa.
"Mucha gente ha perdido lo que ha construido toda su vida".
El viernes, el trabajo de los equipos de rescate en Alemania se vio obstaculizado por las difíciles condiciones en el terreno, lo que dejó a los familiares de los desaparecidos esperando ansiosamente noticias.
Las redes telefónicas se derrumbaron, las carreteras sufrieron graves daños y más de 100 mil hogares quedaron sin electricidad.
Los estados de Renania del Norte-Westfalia, Renania-Palatinado y Sarre han sido los más afectados por las lluvias.
En el distrito de Ahrweiler de Renania-Palatinado, las autoridades dijeron el viernes que unas mil 300 personas estaban desaparecidas, aunque agregaron que la cifra estaba "disminuyendo cada hora".
Un residente de la aldea de Ahrweiler, en Schuld, le dijo a la agencia de noticias AFP que los autos habían sido arrastrados y las casas derribadas en escenas que comparó con una "zona de guerra".
Roger Lewentz, ministro del Interior de Renania-Palatinado, le dijo a los medios locales que probablemente aumentaría el número de muertos.
"Cuando no se ha sabido nada de la gente durante tanto tiempo ... hay que temer lo peor", señaló.
Análisis
Roger Harrabin, analista de medio ambiente de la BBC
Los científicos han estado prediciendo durante años que las lluvias de verano y las olas de calor se volverían más intensas debido al cambio climático inducido por el hombre.
Hannah Cloke, profesora de hidrología en la Universidad de Reading, en Reino Unido, señala que "las muertes y la destrucción en Europa como resultado de las inundaciones es una tragedia que debería haberse evitado".
"El hecho de que otras partes del hemisferio norte estén sufriendo olas de calor e incendios sin precedentes debería servir como recordatorio de cuánto más peligroso podría volverse nuestro clima en un mundo cada vez más cálido".
Los científicos indican que los gobiernos deben reducir las emisiones de CO2 que están alimentando los eventos extremos y necesitan prepararse para un clima más extremo.
En Reino Unido, afectado por graves inundaciones el lunes, el comité asesor de cambio climático del gobierno señaló recientemente que la nación estaba hoy peor preparada para el clima extremo que hace cinco años.
Y solo esta semana, el gobierno británico le dijo a la gente que no necesitan reducir los vuelos porque la tecnología resolverá el problema de las emisiones, una noción que la mayoría de los expertos consideran una apuesta.
En Bélgica, el ejército fue enviado a cuatro de las 10 provincias del país para ayudar con el rescate y las evacuaciones.
El primer ministro Alexander De Croo declaró el 20 de julio día nacional de duelo.
Dijo que las inundaciones, que han cobrado al menos 20 vidas en Bélgica, podrían ser "las más catastróficas que haya visto nuestro país".
Los rescatistas de Francia, Italia y Austria fueron enviados a la ciudad de Lieja, donde los residentes fueron evacuados después de las repentinas inundaciones.
Mientras tanto, en los Países Bajos, miles de personas huyeron de sus hogares en la provincia de Limburgo mientras las crecientes aguas inundaban las ciudades y atravesaban un dique.
Pero las aguas comenzaron a retroceder en la ciudad sureña de Maastricht y pueblos cercanos, donde los residentes pudieron regresar a sus hogares el viernes.
En Suiza, el nivel de los lagos y ríos también se incrementó después de las fuertes lluvias. El río que atraviesa la capital suiza, Berna, se desbordó el viernes.
El lago de Lucerna inundó la ciudad y se advirtió a los habitantes de Basilea que se mantengan alejados del río Rin.
El calentamiento global hace que se evapore más agua, lo que conduce a un aumento en la cantidad anual de lluvia y nieve.
Al mismo tiempo, una atmósfera más cálida significa que puede retener más humedad, lo que también aumenta la intensidad de la lluvia.
En lugar de regar suavemente la vegetación, esta intensa lluvia provoca inundaciones, como estamos viendo ahora en el norte de Europa.
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