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El expresidente estadounidense Donald Trump decidió pasar el mal trago de su procesamiento en una parada obligatoria para cualquier candidato republicano: el restaurante Versailles, en la Pequeña Habana, en Miami.
Apenas salir de la corte federal donde fue imputado por 37 cargos relacionados con el mal uso de documentos clasificados que se llevó de la Casa Blanca al dejar la presidencia, Trump se dirigió al Versailles, conocido como “el restaurante cubano más famoso del mundo”.
Allí, Trump invitó la comida para todos los presentes, que a su vez le cantaron el Happy Birthday al aspirante presidencial republicano, quien mañana cumple 77 años.
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El restaurante abrió sus puertas en 1971 y desde entonces se convirtió en el sitio de reunión y punto de referencia del exilio cubano en Miami. Pero también, en un “debe” para los candidatos republicanos que buscan granjearse el apoyo del importante lobby cubano.
El difunto senador John McCain, los expresidentes George H. W. Bush y su hijo George W. Bush son algunos de los visitantes famosos del lugar, pero también el demócrata Bill Clinton se hizo presente aquí.
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En su sitio web, el restaurante se precia de ser “uno de los favoritos de famosos y políticos para recabar el apoyo de la comunidad hispana, y de los medios de comunicación para recopilar comentarios y secuencias sobre temas sociales y políticos”.
El restaurante, con estilo francés, se dedica a servir platillos típicos de la cocina cubana —de patatas y croquetas de yuca al arroz criollo y los plátanos verdes rellenos— y cuenta con un “cafecito”, “La Ventanita” del Versailles, famoso por su café cubano y ubicado en el pasillo D del Aeropuerto Internacional de Miami.
“Gastronómicamente, el restaurante es aclamado por preservar la herencia de la cocina cubana, con el menú cubano más extenso y posiblemente la mejor comida cubana de la ciudad desde hace más de 50 años”, señala el Versailles.
Tiene, además su propia panadería, abierta en 1998.
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asf