Siempre que un avión desaparece, como el de la Fuerza Aérea Chile (Fach) este lunes con 38 personas a bordo, surgen preguntas sobre las características de la aeronave.
El de la Fach, que con 17 tripulantes y 21 pasajeros iba de camino a la Antártica cuando se le perdió la pista, era un Hércules C-130.
Se trata del principal modelo de avión táctico de muchas de las fuerzas aéreas del mundo.
Creada por la empresa aeronáutica Lockheed (hoy Lockheed Martin), fue diseñada para que pudiera llevar una gran carga en una cabina presurizada y que, a pesar del peso, pudiese despegar sin complicaciones.
Y así resolver una necesidad tecnológica que ralentizó el transporte de carga y soldados durante la Segunda Guerra Mundial.
Desde entonces, se han producido más de 2 mil aviones de este tipo.
Su principal cliente, el Ejército estadounidense, lleva más de 50 años utilizándolo, y es además una de las pocas aeronaves que siguen produciéndose cinco décadas después de su creación.
Eran las 2:45 de la tarde del 23 de agosto de 1954 cuando el prototipo de la aeronave en cuestión sobrevoló el cielo de Burbank, en California, según escribió Walter J. Boyne, coronel retirado y director del Museo de Aeronáutica y el Espacio de Washington D.C., en agosto de 2004 en la Air Force Magazine, la revista de la Asociación de la Fuerza Aérea de Estados Unidos.
Tenía la peculiaridad de que podía despegar con un motor exterior, y volar con una carga completa, un desafío que aviones anteriores no habían logrado.
Sus críticos lo veían estéticamente feo, pero sus ingenieros insistían en que sacrificaron la estilizada apariencia de las otras creaciones de Lockheed y priorizaron la funcionalidad.
Sus creadores tenían la esperanza de que la Fuerza Aérea de Estados Unidos comprara unas 100 unidades.
Cincuenta años después, sigue siendo el principal medio de transporte de carga del Ejército más grande del mundo.
A pesar de las modificaciones, cinco décadas después de su primer vuelo, el avión propulsado por cuatro motores turbohélice sigue teniendo un diseño exterior muy similar al original.
Según lo describe la revista del ejército estadounidense Military, el Hércules C-130 tiene capacidad para casi 20.000kg, con una autonomía de vuelo de 3.200km. Requiere una tripulación de entre tres y cinco personas: al menos dos pilotos, y un ingeniero de vuelo.
Aunque su función inicial era mover muchos soldados y pesadas cargas en un compartimiento presurizado, el Hércules no solo ha sido usado para transportar personas hacia guerras, traer de vuelta ataúdes de héroes de guerra, o mover cargamento militar.
Algunos fueron diseñados como bombarderos y utilizados en combate. Otros han servido para sobrevolar huracanes.
El Hércules C-130 ha funcionado además como aeronave madre de drones, y también en importantes funciones de rescate como transportar una ballena viva, un camello, e incluso uno de los utilizados para enfrentar los incendios en el Amazonas, por orden de la Fuerza Aérea Brasileña.
Brasil no es el único país de sudamérica que cuenta con estos aviones. En Argentina también se ha utilizado por más de 40 años.
La aeronave desaparecida este lunes fue construida en 1978 y utilizada varios años por el Ejército estadounidense, hasta que la Fuerza Aérea Chilena la compró en 2015.
Es uno de los cuatro aviones reabastecedores con los que cuenta esta entidad, según explica el sitio InfoDefensa.
Por el momento, no hay hipótesis sobre las razones por las que desapareció, ya que según informó el gobierno chileno, el avión cumplía inspecciones regulares que siempre dieron luz verde a su uso.
Según la Air Force Magazine, la mayoría de los Hércules C-130 que han caído lo han hecho en acciones militares.
El primer Hércules que se perdió en combate fue en 1958, cuando fue derribado por pilotos soviéticos que pilotaban un MiG-17. Otros fueron derribados durante la guerra en Vietnam (1955-1975).
Después de más de 40 versiones distintas producidas, y más de 50 años de uso constante por decenas de ejércitos del mundo, el Hércules es un avión considerado seguro y funcional.