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Francia
.- Un puñado de viajeros con tapabocas sale el jueves al anochecer por las puertas de llegada del aeropuerto parisino Charles de Gaulle. Son los afortunados que abordaron uno de los últimos vuelos desde Wuhan , foco del nuevo coronavirus , antes de la cuarentena.
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"El ejército llegó justo antes de que subiéramos al avión. Media hora después, se aplicaba la cuarentena. Solo me enteré esta mañana de que la ciudad estaba cerrada, relata Philippe Dauger, pasajero del vuelo de Air France AF 139 que aterrizó en París al anochecer.
Dauger, que vive en Wuhan desde hace seis meses con su mujer Véronique, habla del "estrés" reinante allá y, sorprendido por los controles muy reducidos, admite que "¡Hubiera podido subir con 40 de fiebre!".
La urbe de 11 millones de habitantes está en el centro de la epidemia que contaminó a más de 570 personas, de las cuales 18 murieron, y comenzó a expandirse en varios países. La ciudad, situada en el centro de China , está ahora en cuarentena.
"Todos nuestros compañeros se quedaron. Todos llevan tapabocas. Nosotros habíamos reservado nuestros tickets hace tiempos en previsión de las vacaciones del Nuevo año chino", cuenta el francés, consciente de la suerte que tuvo al poder subirse al avión.
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"Media hora después, se aplicaba la cuarentena. El ejército llegó justo antes de que subiéramos al avión", recuerda. "Solo me enteré esta mañana de que la ciudad estaba cerrada".
Dice que "los precios en los almacenes se multiplicaron por tres" y habla de "la penuria y la gente en busca de información".
Su mujer, que lleva también un tapabocas, dice que "se informó en las redes sociales" sobre este virus de la misma familia que el Síndrome respiratorio agudo severo (SRAS).
Aunque Philippe Dauger no recuerda que le controlaran su temperatura, su mujer le dice que sí, pues "tienen cámaras térmicas y tú no las viste".
A bordo del último vuelo, las azafatas también llevaron el rostro cubierto
Air France
, que tiene tres vuelos semanales, "suspende hasta nueva orden el servicio a Wuhan ", dijo a la AFP un portavoz.
A su llegada a Francia no les hicieron ningún control. "Nos pidieron los datos por si pasa algo, pero es todo".
"Nadie en las calles"
Los chinos que estaban a bordo también llevaban tapabocas, pero no quisieron responder a la prensa y huían de cámaras y micrófonos.
No lejos de ahí, un cartel advierte sobre la presencia del nuevo coronavirus y da algunos consejos como "evitar cualquier contacto con animales", primera fuente de transmisión.
"En todas partes nos toman la temperatura, en el hotel o el trabajo la gente no está segura", dice Franck Stemmelen, que se encontraba en Wuhan en viaje de trabajo.
"El ambiente es tenso, no hay nadie en las calles, en los bares. Llegué el domingo y la empresa me trajo de regreso de inmediato", dijo.
Empleado en una empresa de climatizadores, dice que espera conservar su tapabocas "al menos una semana para ver" que pasa.
Pierre Taya, regresa igualmente tras un viaje de trabajo luego de estar una semana en el lugar.
Preocupado, llamará a los servicios de urgencia para descartar cualquier riesgo, pues tiene a su "hija embarazada".
"El avión estaba vacío. La azafata nos dijo que muchos chinos anularon el viaje por temor a no poder regresar", añadió.
agv