Miami.— Los motores para las elecciones presidenciales en Estados Unidos están prendidos, el rugir de los precandidatos de cada partido se vienen escuchando cada vez más y pronto comenzarán a medirse en cada uno de los estados. Cada partido comenzará a medir las preferencias de sus correligionarios respecto a quienes se quieren presentar como candidatos a la presidencia estadounidense por cada partido.
“Actualmente los personajes están muy claros. Por los republicanos puntea y por mucho Donald Trump, y por los demócratas no hay más competidor real que Joe Biden”, comenta el analista y politólogo Pablo Salas, desde Florida, a EL UNIVERSAL.
En términos generales, Trump y Biden están en un empate técnico en preferencia electoral, de acuerdo con diversas encuestas realizadas. Por el Partido Republicano se suma Nikki Haley, quien ya rebasó en las preferencias al gobernador de Florida, Ron DeSantis. El otro de importancia es el empresario Vivek Ramaswamy.
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Trump enfrenta este 2024 al menos cinco juicios, de los cuales un par podría llevarlo a la cárcel. “Eso no le impediría contender a la presidencia”, dice Salas, “mientras no tenga cargos formales de insurrección, nada podrá detenerlo”.
Por parte de los demócratas, técnicamente va solo Biden, aunque también está inscrita como precandidata Marianne Williamson, autora de best sellers y gurú de la autoayuda, que se basa en una plataforma de justicia y amor. Esta es su segunda candidatura a la Casa Blanca después de un intento anterior en las primarias de 2020. También aparece como aspirante demócrata Dean Phillips, congresista estadounidense de Minnesota y empresario, quien desafía a Biden y enfatiza la necesidad de reparar la economía y la nación.
Se cuentan un par de candidatos independientes: Robert F. Kennedy Jr., activista antivacunas que se postula como independiente después de enfrentar inicialmente a Biden por la nominación demócrata, y Cornel West, activista político y académico, que apela a los votantes progresistas de tendencia demócrata con promesas de acabar con la pobreza y garantizar la vivienda.
De acuerdo con el sistema electoral de EU, las primarias pueden ser abiertas, es decir, cualquier votante puede participar independientemente de su afiliación partidista. O pueden ser cerradas: en este caso sólo pueden participar los votantes registrados en el partido. Otra versión, dependiendo del estado, es que sean semiabiertas o semicerradas, con diferentes niveles de restricción.
“Las primarias son importantes porque de ahí salen los precandidatos que van a representar a cada partido rumbo a las elecciones generales de noviembre”, explica el experto; “pero también en las primarias, los electores de cada partido y los independientes eligen delegados comprometidos a apoyar a un candidato específico durante la Convención Nacional de cada partido, donde se hace oficial la nominación del candidato presidencial de cada partido que haya sumado más votos de los delegados”.
Cada año electoral en Estados Unidos las primarias comienzan con el llamado caucus republicano en el estado de Iowa, el cual será el 15 de enero, para inmediatamente después darle paso a las primarias iniciales del Partido Demócrata en New Hampshire el 23 de enero.
Los caucus de Iowa y las primarias de New Hampshire tradicionalmente han tenido una importancia significativa en el proceso de una elección presidencial de Estados Unidos; “principalmente por ser el momento de arranque de este tipo de elecciones y especialmente a la atención que reciben por parte de los medios de comunicación”, dice Salas a este medio.
Estas primeras votaciones primarias se consideran como un universo de prueba para las estrategias de campaña, la fuerza de los discursos y la eficacia organizacional de los precandidatos. “Los partidos acostumbran a gastar mucho dinero en estas primeras votaciones internas para ganar atención e importancia”, declara el especialista.
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Históricamente, el éxito en Iowa y New Hampshire ha sido un buen indicador de la viabilidad nacional de un candidato. Quienes obtienen malos resultados en estos primeros estados a menudo tienen dificultades para ganar terreno más adelante. Sin embargo, es importante señalar que la influencia de Iowa y New Hampshire ha sido también un tema de debate. Los críticos argumentan que estos estados no son demográficamente representativos del electorado estadounidense en general, lo que ha llevado a discusiones sobre la reestructuración del calendario de primarias para reflejar mejor la diversidad del país.
Carolina del Sur y Michigan, clave
El 3 de febrero próximo se llevarán a cabo las primarias demócratas en Carolina del Sur; el 6 de febrero en Nevada y el día 27 de ese mes están programadas las republicanas en Michigan. “La importancia fundamental de estas segundas votaciones se centran en Carolina del Sur, porque pasa a ser un referente [para los demócratas] de los estados sureños y por supuesto Michigan, que es representativo del Medio Oeste industrial para los republicanos y puede ser un indicador clave del atractivo de un candidato en esta región”, explica el politólogo.
De acuerdo con estudios sobre las primarias estadounidenses, Carolina del Sur tiene un electorado racialmente más diverso en comparación con las primarias anteriores en Iowa y New Hampshire. Esta diversidad y particularmente la población afroestadounidense en las primarias demócratas pone a prueba la capacidad de un candidato para atraer a un grupo demográfico más amplio.
Algo similar sucede en Michigan, cuya diversidad demográfica, incluidas las poblaciones urbanas, rurales y suburbanas, junto con una importante comunidad afroestadounidense, significa que los candidatos deben abordar una amplia gama de problemas e inquietudes.
Michigan es considerado un estado indeciso en las elecciones generales. El desempeño en las primarias de Michigan puede ser un indicador valioso de la fuerza potencial de un candidato en las elecciones generales. “Ambos estados desempeñan un papel fundamental en la configuración del impulso y la narrativa de las primarias presidenciales [estadounidenses]”, comenta Salas.
“El éxito en estos estados puede impulsar la campaña de un candidato, mientras que un desempeño deficiente puede generar dudas sobre su capacidad”, especialmente en regiones con perfiles demográficos y económicos similares.
Sin duda, después del arranque de enero y febrero, el llamado Supermartes es la prueba de fuego de las primarias, según varios expertos. Este día está programado para el 5 de marzo. Incluye primarias en numerosos estados como Alabama, California, Massachusetts, Carolina del Norte y Texas.
Los candidatos que tengan un buen desempeño pueden asegurarse una ventaja significativa en el conteo de delegados, crucial para asegurar la nominación en el partido. Los estados que participan en el Supermartes suelen ser geográfica y demográficamente diversos y mantienen una amplia muestra representativa del electorado estadounidense. Esta diversidad proporciona una prueba más completa del atractivo nacional en un candidato y le da la capacidad para posicionarse en estos estados tan diversos, dándoles viabilidad nacional.
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“El éxito del Supermartes puede crear un impulso significativo para los candidatos, reforzando sus campañas en las siguientes primarias”, dice Salas. “Generalmente la cobertura de los medios se intensifica durante y después del Supermartes. Muchas veces esto influye en votantes indecisos que viven en otros estados donde vivirán también las primarias”, indica a este medio.
Generalmente aquellos precandidatos que obtienen malos resultados hasta este punto encuentran difícil justificar la continuación de sus campañas, tanto en términos de financiamiento como de apoyo.
“Varios abandonan la contienda después del Supermartes”, de acuerdo con el experto.
Le sigue al Supermartes, Nueva York, el 2 de abril; y otros estados como Connecticut, Delaware y Wisconsin que también celebran sus primarias el mismo mes. Las primarias concluyen con varios estados, incluidos Indiana, Maryland, Nueva Jersey y Nuevo México, que las celebrarán entre mayo y junio.