Hoy inicia en Cataluña la campaña con vistas a las elecciones regionales del 21 de diciembre que fueron convocadas por el gobierno español tras el intento de declarar la independencia por parte de las autoridades autonómicas.
De estos comicios depende el futuro de los miembros del gobierno catalán —disuelto por el presidente Mariano Rajoy—, algunos de los cuales están presos y otros se encuentran en el exilio.
Entre los encarcelados está el ex vicepresidente del Ejecutivo catalán Oriol Junqueras y siete de los antiguos miembros del gabinete, la mayoría de ellos candidatos, que esperan mañana la decisión del Tribunal Supremo sobre su puesta en libertad, después de un mes en prisión provisional.
También mañana el ex presidente catalán Carles Puigdemont y cuatro integrantes de su antiguo gobierno, que se encuentran en Bélgica, comparecerán ante un juez en Bruselas que debe resolver sobre la petición de España para que regresen y sean investigados. Todos son acusados de presuntos delitos de rebelión, sedición y malversación de fondos públicos por su participación en el proceso secesionista de Cataluña.
La situación procesal de todos ellos marcará la campaña de unas elecciones que muchos independentistas plantean como una especie de plebiscito sobre sus aspiraciones.
Puigdemont, quien se presenta a la reelección, dijo que las próximas elecciones deben servir para “restituir” al gobierno catalán cesado por Madrid, lo que pasa por recuperar “a todos sus miembros en activo”, incluido él como presidente.
“No estamos ante unas elecciones convencionales autonómicas, sino excepcionales. Por eso, de alguna manera, los candidatos del Govern (Ejecutivo catalán) somos los mismos”, dijo Puigdemont en videoconferencia desde Bruselas.
Según las encuestas, el electorado catalán está dividido en dos bloques prácticamente iguales ente los partidarios de la independencia y los que la rechazan.