A punto de cumplirse tres meses sin pistas del submarino argentino ARA San Juan desaparecido en el Atlántico Sur, el presidente argentino Mauricio Macri anunció el martes una recompensa “millonaria” para dar con la nave.
El mandatario hizo el anuncio a un grupo de familiares de los 44 tripulantes del submarino , a los cuales recibió en la Casa de Gobierno para contener las críticas al operativo de búsqueda y rechazar que se haya abandonado a la tripulación, tal como muchos de los deudos han denunciado.
“Un punto en claro nos teníamos que llevar. Aunque no se dijo el monto, se habló que iba a ver una recompensa y millonaria”, confirmó a periodistas Itaí Leguizamón, esposa del tripulante Germán Oscar Suárez.
El ministro de Defensa, Oscar Aguad, indicó a periodistas que la recompensa podría girar en torno a los cuatro millones de dólares pero que la cifra exacta se oficializará en los próximos días con la firma de una resolución.
“El presidente les hizo llegar su expresión de dolor nuevamente y la firme intención del gobierno argentino de seguir buscando al submarino”, detalló el funcionario sobre el encuentro con los familiares que se extendió durante una hora.
El grupo dispuso banderas argentinas sobre la mesa de uno de los salones de la presidencia y le entregó a Macri fotografías de los tripulantes.
El submarino diésel eléctrico clase TR-1700 de fabricación alemana y en operaciones desde los años 80 desapareció el 15 de noviembre cuando navegaba desde Ushuaia, en el extremo sur de Argentina, hacia su base en Mar del Plata, 400 kilómetros al sur de Buenos Aires, tras participar de un ejercicio de adiestramiento.
La Armada descartó la supervivencia de tripulantes y está abocada a la localización de la nave.
Un operativo inédito con la participación de 18 naciones se desplegó por el submarino, aunque a la fecha Rusia es el único país extranjero que colabora en la búsqueda con vehículos sumergibles de inspección (ROV) y un buque oceanográfico.
La Armada y expertos atribuyen la falta de éxito a un talud que se asemeja a una cordillera invertida con cañadones que van de oeste a este en la zona de rastreo. Por sus características, algunos objetos pueden ser detectados y otros quedar ocultos en enormes grietas.
“Le planteamos (al presidente) que se amplíe el área de búsqueda, que se incluyan empresas privadas y particulares”, reveló la familiar Leguizamón.
El día que desapareció, el comandante del ARA San Juan informó que la nave había sufrido una avería a raíz de la entrada de agua a las baterías a través del snorkel —dispositivo por el cual el sumergible toma aire de la superficie para operar sus motores—, pero que el incidente había sido resuelto. Horas después se registró una explosión cerca de donde se había perdido contacto con la nave.
El gobierno y la Armada han descartado la posibilidad de que el submarino haya sido objeto de un ataque por parte de una flota extranjera, en un hecho vinculado a su misión de detectar la presencia de embarcaciones en la zona ilegal de pesca.
“Queremos saber qué pasó: si hubo corrupción en el arreglo del barco, si hubo negligencia, y si fue un accidente también queremos saberlo... Mucho ayudaría encontrar el submarino para saber todo eso”, apuntó Aguad.
La justicia ha iniciado dos investigaciones por el ARA San Juan : una orientada a determinar qué sucedió a mediados de noviembre con el sumergible y otra por presuntas irregularidades en la reparación de media vida de la nave entre 2008 y 2014.
lsm