El presidente argentino, Javier Milei, aseguró hoy en su primer discurso ante una multitud después de asumir, que Argentina se ha convertido en "un baño de sangre", y que los narcos "se han apoderado de las calles".
Aunque Milei centró su discurso en el tema económico, que resumió en que "no hay plata" y que no hay alternativa que "ajuste económico" y no más monetizacion, también aludió a la "herencia" que le deja el gobierno de Alberto Fernández en materia social y de salud.
Milei aludió al problema de la violencia que azota al país y aseguró que el país se convirtió en un "baño de sangre" y que el narcotráfico "se apoderó de nuestras calles".
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Sin mencionarla por su nombre, se refirió a la situación en Rosario, donde el problema del narcotráfico está en ascenso. "El narco de apoderó de la ciudad" y que mientras los delincuentes andan libres, "los ciudadanos están encerrados" en sus casas enrejadas. Advirtió que con su gobierno, se acabó el "siga, siga de los delincuentes".
En el tema de la pobreza, pintó un panorama sombrío. "Recibimos un país donde la mitad de la población es pobre; más de 20 millones no pueden vivir una vida digna".
En materia educativa, lamentó los resultados de la prueba Pisa, después de que por años Argentina fue uno de los países destacados en el tema de la educación.
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Aseguró que sólo 16% de los jóvenes argentinos "se reciben en tiempo y forma de la escuela; 84% no termina en tiempo y forma".
De los que sí terminan, dijo, 70% es incapaz de resolver un problema matemático básico.
El panorama sombrío se extiende al tema de la salud. "El sistema se encuentra totalmente colapsado; los hospitales están destruidos; los argentinos no tienen acceso al sistema de salud básico", dijo.
"La situación en Argentina es crítica y de emergencia", resumió. Según él, el país está "al borde de la crisis más profunda de su historia".
Reconoció que el desafío que tiene su gobierno es "enorme" y que "100 años de de fracaso no se resuelven en un día", pero que desde hoy comenzará a trabajar en ello.
vcr