“¡El 14 a las 14!”… En un reclamo popular, la consigna se empoderó en Guatemala como orden inalterable, de obligada ejecución y de exigido e indiscriminado acatamiento.

El 14 de enero de 2024 a las 14:00 horas, en el Congreso de la República de Guatemala, el antropólogo, filósofo y sociólogo centroizquierdista guatemalteco de León tomará posesión de la Presidencia del país para acatar la voluntad popular expresada en las urnas, gobernar cuatro años y vencer a la derecha empeñada en bloquear su camino hacia la silla presidencial, asestar un golpe de Estado y romper la democracia.

“¡El 14 a las 14!”, gritó Arévalo anteayer en Costa Rica, al abordar un automóvil tras salir de una cita en esta capital con el expresidente costarricense Óscar Arias (1986- 1990 y 2006- 2010), Premio Nobel de la Paz 1987, y en una ofensiva para ganar apoyo foráneo en su gesta por llegar ese día y a esa hora de enero próximo a jurar como presidente de Guatemala.

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En consonancia con la proclama, y en un veredicto histórico para tratar de sacar a Guatemala de un empantanamiento que habría podido desembocar en una ruptura del orden constitucional y de la democracia, la Corte de Constitucionalidad (CC) falló ayer a favor de Arévalo y del respeto a la democracia y golpeó a las fuerzas que intentaron cerrarle el paso a la Presidencia.

En un fallo que ratificó la democracia en Guatemala y obstaculizó las gestiones golpistas que habrían derivado en un retroceso institucional, la CC ordenó garantizar una transición para que todos los funcionarios electos en los comicios generales de este año, presidente, vicepresidenta, legisladores y munícipes, asuman el 14 de enero próximo.

La CC sepultó lo que, dentro y fuera de Guatemala, fue denunciado como intento de golpe de Estado de la Fiscalía General (Ministerio Público) de ese país, que el viernes anterior declaró nulas las elecciones generales (Presidencia, Congreso y municipios) de junio anterior por supuestas irregularidades administrativas del Tribunal Supremo Electoral, entre otras causas.

Arévalo agradeció la solidaridad que el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, le ratificó en tres ocasiones este año sobre la urgencia de que se respete la voluntad electoral del pueblo guatemalteco.

En coincidencia con el arribo del presidente electo anteayer a Costa Rica para una visita relámpago que inició en la mañana y concluyó en la tarde, López Obrador insistió ese día en que Arévalo “ganó la elección” y que “por resistencia a la democracia, de falta de respeto a la voluntad de los guatemaltecos”, surgieron obstáculos para que pueda asumir.

Al respecto, Arévalo citó a este diario el apoyo mexicano para que la Organización de Estados Americanos (OEA) se pronunciara sobre Guatemala a favor del respeto de la democracia y de los resultados electorales.

“El día de hoy [miércoles] tuvimos una nueva declaración (…) del presidente López Obrador. Es la tercera mención que hace el presidente López Obrador en sus declaraciones de prensa mañaneras. Hemos tenido un contacto muy fluido con el equipo del presidente López Obrador y una buena colaboración en el marco de la OEA”, recordó.

Al planteársele que, pese a todos los pronunciamientos, los peligros persisten y el tiempo se acaba, respondió sin titubear: “El 14 de enero nosotros tomaremos posesión”.

En seguida avanzó al automóvil que lo llevó a un aeropuerto costarricense para abordar un avión y retornar a Guatemala… y gritó: “¡El 14 a las 14!”.

Pese al acuerdo de la CC, nadie descartó que la Fiscalía recurra a otras vías, ya que hasta esa Corte lo respaldó para que prosiga con sus tareas en torno al confuso contexto electoral.

La Fiscalía, que adujo sujetarse a las leyes, se convirtió desde el 26 de junio, al día siguiente de la primera ronda de los comicios, en el arma institucional al servicio de un Pacto de Corruptos de Guatemala para aplicar un menú judicial y electoral e impedir que Arévalo y la socióloga, politóloga, química bióloga y ambientalista Karin Herrera, su compañera en la vicepresidencia, compitieran el 20 de agosto en la segunda y la ganaran.

El Pacto, formado por las fuerzas tradicionales políticas, militares y empresariales de Guatemala y con unos 20 años de operar (en las sombras o sin mascarillas), maniobró luego de la segunda con manipulaciones para tratar de impedir que Arévalo y Herrera logren jurar el 14 de enero. Postulados por el opositor y centroizquierdista Movimiento Semilla, el Tribunal los proclamó el 5 de septiembre como presidente y vicepresidenta electos.

En el trayecto de una guerra jurídica sin fin, la Fiscalía los acusó a ambos y a Semilla de presuntas irregularidades de inscripción electoral. Guatemala entró el 15 de noviembre a su mayor incertidumbre política y democrática del siglo XXI porque la Fiscalía pidió ese día a la Corte Suprema de Justicia levantarles la inmunidad al tratar de criminalizarlos por supuestos daños al patrimonio en unos incidentes en una universidad estatal en 2022.

En lo que fue una sorpresa para la clase derechista tradicional gobernante desde 1954, Arévalo y Herrera quedaron de segundos en junio y derrotaron en agosto a la fórmula de la derechista Sandra Torres, de la opositora Unidad Nacional de la Esperanza (UNE). Arévalo sucederá en la Presidencia y Herrera en la vicepresidencia, respectivamente, a los derechistas Alejandro Giammattei y Guillermo Castillo.

Sin conseguir todavía sacar de juego a los dos ganadores después de más de cinco meses y medio, la Fiscalía tiene abiertos varios flancos de combate y las dudas persistieron.

En una rápida entrevista anteayer con EL UNIVERSAL en un salón de la residencia de Arias, Arévalo cuestionó a Giammattei por su posición en la crisis que estalló en junio.

El mandatario fue reiteradamente señalado por múltiples sectores políticos guatemaltecos como cómplice y aliado de la abogada guatemalteca María Consuelo Porras, fiscal general desde 2018, figura crucial del conflicto a la que Estados Unidos designó en 2022 como participante en “corrupción significativa” e incluyó en 2021 en un listado de “actores corruptos y antidemocráticos”.

Al preguntársele si cree que Giammattei actuó con transparencia en las actuales circunstancias de turbulencia institucional y de amenaza a la democracia y por sus supuestos lazos con Porras, Arévalo contestó: “Creo que el presidente Giammattei le debe al pueblo de Guatemala una explicación de su posición alrededor de las intentonas golpistas”.

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