El sorpresivo anuncio del presidente Donald Trump de imponer aranceles a todas las importaciones mexicanas repercutió prácticamente en toda la economía de Estados Unidos, en particular en las empresas que venden autos, manejan ferrocarriles, cultivan verduras o construyen infraestructura energética .

Trump tuiteó el jueves por la noche que a partir del 10 de junio aplicará un arancel del 5% sobre todas las importaciones mexicanas y lo elevará a 25% “hasta que se resuelva el problema de la inmigración ilegal”.

Sin embargo, si los aranceles entran en vigor, los estadounidenses lo van a sentir en sus propios bolsillos, ya sea al comprar aguacates para los tacos o una nueva camioneta Chevrolet Blazer.

Las empresas que fabrican esos bienes lo sintieron lo mismo el viernes.

Las acciones de General Motors, que importa a Estados Unidos más vehículos que ninguna otra automotriz estadounidense, cayeron más de 4% el viernes en las primeras operaciones del mercado.

Itay Michaeli

, de Citi Investment Research, dijo en una nota a los clientes que GM está relativamente más expuesta que Ford porque tiene un mayor nivel de producción en México para vehículos de alto margen, como camionetas pickup y crossovers, y mayor contenido proveniente del país.

“Para GM estimamos que un arancel de 5% tendría un impacto anual de varios cientos millones de dólares en sus ingresos”, escribió el analista.

Una opción que tiene GM _y que otras automotrices no tienen_ es que la empresa traslade temporalmente su producción de pickups y Equinox de México a Canadá, agregó Michaeli.

Las acciones de Ford Motor Co. bajaron 3,7%. Los proveedores de autopartes con exposición en México también están bajo presión. Los títulos de American Axle & Manufacturing Inc. bajaron 4%.

Los 11 rubros del índice Standard & Poor 500 sintieron el impacto, menos los servicios públicos, ya que casi no hay tráfico transfronterizo en ese sector. Muchos inversores que huían de las acciones en baja colocaron su dinero allí o en bonos del Tesoro estadounidense.

Los títulos de Kansas City Southern, que opera un corredor comercial del sistema de trenes mexicano y posee una vía entre Ciudad de México y Laredo, Texas, bajaban casi 6%. Casi la mitad de sus ganancias anuales provienen de México. Otros operadores de trenes también se veían impactados, entre ellos Union Pacific Corp., que descendía 2,7%, y CSX Corp., con casi 2%.

Las acciones de la cadena de restaurantes de comida mexicana Chipotle bajaron 2%.

“Esto significa el inicio de una guerra comercial en una nueva dirección que no aparecía en el radar de la mayoría de la gente”, dijo David French, vicepresidente a cargo de relaciones con el gobierno de la Federación Nacional de Minoristas, la cámara más grande del sector. “Esto podría resultar muy perturbador y costoso”.

La reacción predominante parecía ser el desconcierto, y las cámaras empresariales insistían en que habría aumentos de precios para todos.

“Amenazar con aranceles sobre las importaciones mexicanas al tiempo que se pide el apoyo del Congreso a un acuerdo comercial que busca mantener bajas las barreras al comercio es una estrategia desconcertante y contraproducente”, dijo Hun Quach, vicepresidente de comercio internacional de la Asociación de Líderes de la Industria Minorista.

“Sea México o China el blanco de la retórica, aumenta la factura para los consumidores estadounidenses que pagarán el precio de estos aranceles”, agregó.

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