Bruselas.— Ante lo que se anticipaba como una inminente y vergonzosa derrota, la primera ministra británica, Theresa May, decidió aplazar la crucial votación en Westminster sobre el acuerdo del Brexit pactado con la Unión Europea.

La Cámara de los Comunes tenía previsto pronunciarse hoy sobre el pacto. Diversos analistas anticipaban que de haber continuado con la orden del día, el trato negociado por May hubiera sido rechazado por más de 400 votos frente a sólo 200 a favor.

La cancelación de última hora deja vulnerable al gobierno de May, cuyo futuro parece estar ligado a las “garantías” que pudiera ofrecer una Unión Europea que descarta con volver a la mesa de negociación.

La premier no anunció nueva fecha, lo que significa que la votación podría posponerse durante varios días o semanas, aumentando el riesgo de una salida de la UE sin acuerdo.

Durante los últimos 10 días, May y el resto del gabinete insistieron en que se trataba del mejor acuerdo posible; una y otra vez afirmaron que había llegado el momento de definirse entre deal or no deal, pero a menos de 24 horas de la votación, May volvió a dirigirse a la Cámara de los Comunes para justificar la prórroga.

Entre risas burlonas e interrupciones por parte de algunos legisladores opositores, la primera ministra reconoció que luego de tres días de debate sobre el acuerdo era evidente que el plan “sería rechazado por un margen significativo”.

Anunció que se reunirá en los próximos días con los líderes de la Unión Europea para discutir alternativas.

Señaló que su atención se centrará en el backstop, un mecanismo de emergencia diseñado para evitar el levantamiento de una frontera dura entre Irlanda del Norte y la República de Irlanda, y que identificó como el punto que más preocupación genera a muchos legisladores por su carácter indefinido y porque Londres no tiene el poder de suspenderlo unilateralmente.

May insistió en que no es posible imaginar un acuerdo sin el backstop, pues “la gente no quiere volver a tener una frontera dura, y si a ésta Cámara le importa preservar nuestra unión, debe escucharlos”.

Durante su intervención, el líder de la oposición laborista, Jeremy Corbyn, calificó al gobierno de “caótico”, de haber perdido el rumbo y de sumir al país en una “situación extremadamente grave y sin precedentes”.

Señaló que el acuerdo es malo para la economía y la democracia británica, al tiempo que aseguró que si May no era capaz de hacer los cambios requeridos, había llegado el momento de hacerse a un lado.

Antes de que May frenara la votación, la portavoz de la Comisión Europea, Mina Andreeva, dijo que la UE no renegociaría el acuerdo: “Como dijo el presidente Juncker, este acuerdo es el mejor y el único posible”.

Más tarde, el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, informó que el Brexit, que no formaba parte de la agenda, será incluido en el debate del jueves, durante la primera jornada de la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de los Veintisiete.

“No renegociaremos el acuerdo, incluyendo el backstop, pero estamos listos para discutir cómo facilitar la ratificación en el Reino Unido”, señaló Tusk, quien adelantó que aprovecharán para discutir los preparativos ante un Brexit sin acuerdo.

Los líderes europeos no están en condiciones de alterar el contenido de un acuerdo que fue aprobado por unanimidad el pasado 25 de noviembre y que fue resultado de dos años de negociaciones, pero sí podrían cambiarle el sentido a las palabras, una fórmula a la que suelen recurrir para lograr compromisos.

“No vamos a fallarle a los irlandeses”, aseguró el eurodiputado y ex primer ministro belga Guy Verhofstadt, en un claro mensaje a quienes demandan eliminar el backstop, como es el caso del ex ministro de Exteriores británico, Boris Johnson.

El Reino Unido oficialmente abandonará el bloque el 29 de marzo. Aquellos que se oponen al Brexit duro recibieron ayer una señal crucial desde Luxemburgo, pues el Tribunal Europeo de Justicia determinó que Gran Bretaña puede frenar el proceso de salida del bloque (Artículo 50 del Tratado de la Unión) de manera unilateral antes de finalizar el Brexit y así conservar su membresía actual.

La consulta solicitada por un tribunal escocés supone un punto de inflexión en el debate.

El anuncio de May sobre el Brexit provocó la caída de la libra a su nivel más débil en 20 meses frente al dólar y puso presión en la Bolsa de Nueva York al principio de la jornada de ayer.

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