Indonesia mantuvieron hoy cerrado, por segundo día consecutivo, el aeropuerto en la turística isla de Bali y ordenó a los 100 mil residentes que viven cerca de un volcán que está arrojando columnas de ceniza que evacúen inmediatamente, alertando que la mayor erupción en 54 años podría ser “inminente”.
El aeropuerto de Bali estuvo cerrado desde la mañana del lunes, afectando a 445 vuelos y unos 59 mil pasajeros después que el Monte Agung, que dejó cientos de muertos en 1963, lanzó cenizas volcánicas hacia el cielo. Autoridades dijeron que la cancelación de vuelos podría extenderse.
El aeropuerto Ngurah Rai seguirá cerrado, al menos, hasta el miércoles por la mañana. “Los corredores aéreos están cubiertos de ceniza. Es peligroso para los vuelos”, indicaron hoy los servicios de navegación aérea de Indonesia.
“Las columnas de humo van acompañadas a ratos de explosiones y sonido de detonaciones que pueden escucharse hasta a 12 kilómetros del pico”, dijo la Agencia de Mitigación de Desastres (BNPB) en un comunicado tras elevar la alerta de tres a cuatro, el nivel más alto.
“El potencial de una erupción más grande es inminente”, agregó la agencia, refiriéndose a la visibilidad del resplandor del magma en la cumbre de Agung durante la noche y alertando a los residentes de que deben evacuar una zona de peligro en un radio de ocho a 10 kilómetros.
Un portavoz de BNPB, Sutopo Purwo Nugroho, dijo que hasta ahora no había víctimas y que 40 mil personas ya habían abandonado el área, pero que decenas de miles aún necesitaban desplazarse.
Imágenes de televisión mostraron flujos de lava fría (lahares) en las laderas de la montaña. Los lahares, que transportan barro y rocas grandes, pueden destruir casas, puentes y vías a su paso.
Bali, famosa por el surf, sus playas y templos, atrajo casi 5 millones de turistas el año pasado y su aeropuerto sirve como un centro de transporte para las islas del archipiélago al oriente de Indonesia.
Pero el turismo se ha desplomado en partes de Bali desde septiembre, cuando los temblores volcánicos provocados por el macizo Agung comenzaron a incrementarse y el nivel de alerta se elevó al máximo antes de ser reducida en octubre, cuando se calmó la actividad sísmica.
“Estoy realmente preocupada. Tal vez me vaya hacia el sur, donde creo que estaré más segura para evitar quedar atrapada por las cenizas”, dijo Maria Becker, una turista alemana que estaba en Amed, a unos 15 kilómetros del volcán.
El Agung se eleva sobre el este de Bali a una altura de más de 3 mil metros. El noreste de la isla está relativamente poco desarrollado comparado con el sur, más turístico y densamente poblado. El Centro de Mitigación de Desastres Geológicos y Vulcanológicos de Indonesia dijo que las predicciones eran difíciles ante la ausencia de registros instrumentales desde la última erupción de hace 54 años.