San José.— La colombiana Francia Márquez personificó uno de los escasos momentos de victorias femeninas en América Latina y el Caribe en 2022 al convertirse en la primera vicepresidenta afrodescendiente de Colombia, pero el balance anual de cuentas por feminicidios, exclusión, violencia y otras constantes patriarcales contra el resto de las mujeres de la zona siguió quedando en negativo o con cuantiosas deudas por saldar.

La coalición izquierdista Pacto Histórico, con Gustavo Petro como aspirante a la presidencia y Márquez a la vicepresidencia, triunfó en la segunda y definitiva ronda electoral del 19 de junio anterior en Colombia.

El dúo asumió el 7 de agosto para un cuatrienio y modificó la historia colombiana al colocar, por primera vez, a un izquierdista en la presidencia y a una afro en la vicepresidencia en un país con profundos rasgos de discriminación femenina, racial y social que Márquez encarnó: mujer, negra, madre soltera, jefa de hogar, empleada doméstica y minera artesanal.

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“Vimos la victoria en la vicepresidencia de Colombia de una representante de pueblos afrodescendientes que abrió caminos a mujeres indígenas o de pueblos originarios. Pero en 2022 vemos un descenso en los derechos de las mujeres en toda la región”, dijo la socióloga guatemalteca Carmen Rosa de León, analista política y consultora independiente internacional en seguridad y defensa.

“Es una constante la polarización política mezclada con tintes religiosos y fascistas (en las naciones latinoamericanas y caribeñas). En países con altos grados de corrupción, el Estado se está entremezclando con principios religiosos conservadores relacionados con las iglesias evangélicas”, afirmó De León a EL UNIVERSAL.

“La consecuencia de esto es justificar la impunidad y la corrupción a cambio de recortar libertades y estigmatizar y perseguir sobre todo a mujeres que hemos desafiado al sistema y a otras que han procurado justicia en contra de los poderes mafiosos y económicos”, describió.

Pese a la tendencia al empoderamiento femenino que significó el ascenso de Márquez a un puesto relevante en Colombia, el Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses de ese país reportó que los feminicidios aumentaron de 797 de enero a octubre de 2021 a 827 de enero a octubre de 2022.

Colombia pasó de 23 mil 679 casos de violencia de pareja contra la mujer de enero a octubre de 2021 a 29 mil 483 en ese periodo de 2022, reportó el Instituto. El número de mujeres víctimas de violencia intrafamiliar subió de 32 mil 213 a 39 mil 332 en ambos periodos en Colombia, precisó.

El mortal escenario colombiano apenas evidenció una parte de la realidad regional.

Los datos de feminicidios en la región aumentaron de 2 mil 795 en 2017 a 4 mil 91 en 2020 y a 4 mil 473 en 2021, sin cifras totales de 2022, de acuerdo con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), que integra el sistema de la Organización de Naciones Unidas (ONU).

Tras advertir que hay “retrocesos importantes”, la abogada costarricense Alejandra Mora, secretaria ejecutiva de la Comisión Interamericana de Mujeres (CIM) de la Organización de Estados Americanos (OEA), aseveró que aumentaron la violencia contra el sexo femenino “y las dificultades de las mujeres para acceder a la justicia”.

“La gran ruta tiene que ser mejorar el acceso a la justicia (…) para que las mujeres puedan realmente contar con la posibilidad de llevar sus casos, tener pericias especializadas y un retorno a la prevención”, explicó Mora a este diario.

Sin referirse en específico al logro de Márquez y al factor de participación política, Mora planteó que “en la práctica las mujeres siguen teniendo un techo de cristal para poder acceder a las sillas en la toma de decisiones, particularmente en el espacio de la gobernanza local”.

“El concepto de paridad es la ruta a seguir. No es solo preguntarse por las mujeres tomando decisiones en los poderes parlamentarios o legislativos, sino también en los poderes Ejecutivo, Judicial y Electoral”, puntualizó.

Para la periodista chilena Paulina Acevedo, defensora de derechos humanos y presidenta de la (no estatal) Asociación Gremial de Comunicadores y Medios Independientes y Comunitarios de Chile, “se ha avanzado mucho” las demandas de las mujeres por derechos sexuales y reproductivos y políticos.

“Pero es bastante preocupante que en América Latina y el Caribe subsisten grandes complicaciones y agresiones a las mujeres en distintos ámbitos. La violencia doméstica sigue siendo factor del aumento de crímenes que ya se reconocen como feminicidios”, describió Acevedo a este periódico.

“Aunque hay acciones para reducir estas cifras, 2022 nos deja que estamos lejos de minimizarlas y tienden más bien al alza”, indicó.

Ser mujer, indígena, madre soltera, discriminada, con alguna discapacidad y en pobreza, que son algunos factores que confluyen en la colombiana Márquez, son amenazas. “Las peores condiciones de vida en nuestra región son de las mujeres y, dentro de estas, las que tienen esos cruces”, lamentó.

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