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El presidente Andrés Manuel López Obrador participó por primera vez en la Asamblea General de las Naciones Unidas, donde resaltó los logros de su administración, una en la que, dijo, se privilegia a los pobres porque “la riqueza no se contagia”.
En el 75 periodo de sesiones de la Asamblea, que inició ayer y se realiza de forma virtual debido a la pandemia del coronavirus, López Obrador afirmó que México está dando “los primeros pasos para ser un país auténticamente democrático”.
El mandatario comenzó dando una lección de Historia; habló de la lucha del pueblo mexicano y de las “transformaciones” del país: la Independencia, la Reforma y la Revolución.
Aseguró que el mejor presidente que ha tenido México es Benito Juárez y que sus logros y su fama fueron de tal magnitud, “que Benito Mussolini lleva ese nombre porque su papá quiso que se llamara como Benito Juárez”.
Luego llegó el momento de los logros de la Cuarta Transformación, que él encabeza, y el contraste con el “derroche” de administraciones pasadas. No dejó pasar la oportunidad para hablar del avión presidencial “que aún está en venta”.
“Lo rifamos y todavía vamos a venderlo. Es como un palacio en los cielos. Algo insultante para nuestro pueblo. Un avión de lujo para 240 pasajeros, adaptado para 80, con sala de juntas, con recámara. Algo ofensivo”, declaró, para luego decir que él “se traslada por carretera, en vehículos y en avión de línea, no está permitido usar aviones ni helicópteros particulares para servidores públicos”.
También refirió que no existe más el gasto que significaba el Estado Mayor Presidencial. “Se han terminado los lujos. No puede haber gobierno rico con pueblo pobre”.
Fue un mensaje pausado, emitido desde la Sala de Acuerdos de Palacio Nacional, sentado en la silla presidencial. Fuera del coronavirus, no hubo mención de los grandes temas internacionales, o de los desafíos de Naciones Unidas. Tampoco de las iniciativas a las que se ha sumado México en la lucha contra el Covid-19 y que en la mañana el canciller Marcelo Ebrard dijo sería el tema del discurso presidencial.
López Obrador no dudó en compartir “la fórmula” con la que, dijo, México “está saliendo” de la pandemia y de la crisis económica que ésta desató: “No aplicamos la estrategia de siempre, de endeudar al país, de rescatar a los de arriba con el sofisma de que, si llueve fuerte arriba, gotea abajo. Como si la riqueza fuese contagiosa”. La estrategia, continuó, es “no permitir la corrupción y ahorrar, hacer un gobierno austero”.
Poco a poco, aseguró, se va recuperando la economía. Y cerró: “Tengo mucha fe en el futuro de México y del mundo. Soy muy creyente y mi credo es la fraternidad universal”.