Bruselas.— Falta de liderazgos, desconfianza en el vecino, polarización política y relaciones inspiradas en ideologías y no en intereses compartidos, están alejando a las naciones de América Latina en lugar de acercarlas.
Como consecuencia, los retos compartidos en el hemisferio como migración, narcotráfico y cambio climático se profundizan, indicaron expertos convocados por el International Institute for Strategic Studies (IISS) de Londres, para examinar la crisis de gobernabilidad en la región.
“La tendencia en América Latina es hacia la fragmentación, no a la integración”, indicó el profesor Federico Merke, director de las carreras de Ciencia Política y Relaciones Internacionales de la Universidad de San Andrés, en Buenos Aires.
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Son múltiples las fuerzas que empujan en sentido opuesto a una integración que permita encontrar soluciones colectivas. Está el tema comercial, herramienta que genera dinámicas para una mayor cooperación. Los países priorizan las relaciones con Estados Unidos, la Unión Europea (UE) y China en lugar de los países vecinos. El bloque latinoamericano carece de líderes o de liderazgo. Irene Mia, investigadora para América Latina y Conflicto, Seguridad y Desarrollo del IISS, preguntó si esa vacante la podría ocupar el presidente Andrés Manuel López Obrador tras su posicionamiento en la Cumbre de las Américas, de la que se ausentó porque no fueron invitadas Cuba, Nicaragua y Venezuela.
“Lamentablemente no veo un papel para México mientras López Obrador esté en el poder. Su administración terminará en dos años y posiblemente haya espacio para un liderazgo más iluminado, porque AMLO está en un parámetro distinto al de Chile o posible al que ofrezca [Gustavo] Petro en Colombia”, respondió Mónica Serrano, investigadora asociada al Centro de Estudios Internacionales de la Universidad de Oxford y profesora de El Colegio de México.
Ni siquiera hay voz común en el frente de las izquierdas. Merke indicó que la visión del presidente chileno Gabriel Boric es muy distinta a la de López Obrador, es un pensamiento de izquierda del siglo XXI frente a uno conservador del siglo XIX para hacer frente a retos como el ambiente y el género. La creciente polarización política al interior de los países obstruye la posibilidad de alcanzar consensos. La polarización ha provocado que las relaciones con los vecinos sean vistas por los gobiernos bajo el lente de la ideología, lo que redujo el diálogo entre los que tienen afinidad de pensamiento.
La falta de confianza también impide la participación entre actores. Carlos Scartascini, líder del Grupo de Investigación para el Desarrollo del Banco Interamericano de Desarrollo, destacó que es un problema enraizado y que obstruye la construcción de sociedades fuertes y democráticas. Sostuvo que en la región sólo uno de cada 10 confía en el otro, se trate de individuos, empresas o instituciones.
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Otro elemento que obstaculiza atender los desafíos de manera colectiva es el creciente choque de modelos, entre el democrático, propuesto por las naciones del hemisferio norte, y el chino, que ofrece cierta perspectiva económica a cambio de suprimir garantías como es la capacidad de elegir a sus líderes por sufragio universal directo.
“A pesar de las asimetrías en la región, históricamente ha sido muy difícil encontrar una base para una agenda común, con China presente, la escena se ha complicado aún más”, asegura Serrano. La falta de continuidad de los proyectos tampoco aporta a la concordancia. La llegada del izquierdista Gustavo Petro a la jefatura del Estado colombiano marca la decimocuarta victoria consecutiva de la oposición en unas elecciones presidenciales latinoamericas. “Esta tendencia consume demasiado capital político y aleja la atención sobre la política exterior”, señaló Merke.
Se añade un problema estructural que ha polarizado a la región en su totalidad, la crisis política y humanitaria en Venezuela.
Si bien todos los jefes de Estado aseguran que la cooperación regional es clave, la realidad es completamente distinta, puntualiza el investigador. Como propuesta para avanzar, en el foro se sugirió elegir temas muy específicos en donde hay posibilidad de consenso y llegar a resultados concretos como es la acción climática, la transición energética y el comercio digital.
Pragmatismo y no la creación de nuevas instituciones o lanzamiento de grandes ideas es la ruta para salir del impasse en el que se encuentra la región.
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