San José.— América Latina y el Caribe repetirán en 2023 los escenarios que hincaron a la zona en 2022 de más pobreza, deterioro socioeconómico, masiva migración irregular, desgaste democrático, persistente ingobernabilidad, incesante represión política, mayor corrupción, creciente narcotráfico y expectativas limitadas de derrotar los añejos, reiterados e incontrolables fenómenos de feminicidios, violencia e inseguridad.
Lee también: Largas filas en el Vaticano para despedir a Benedicto XVI
Los 11 millones 700 mil haitianos son los únicos que, entre los 661 millones de latinoamericanos y caribeños, no debieron recurrir en 2022 a las profecías sobre el panorama de Haití en 2023: más hambre y miseria con caos socioeconómico, político e institucional, violencia desbordada y desesperanza total.
Al oeste de Haití, Cuba “varada en el tiempo” seguirá “hundida en la mayor crisis de su historia”, previó el disidente Dagoberto Valdés, religioso, ingeniero agrónomo, exmiembro del Pontificio Consejo Justicia y Paz del Vaticano y director de Convivencia, revista digital de Cuba.
La “crisis terminal” requiere cambiar el “sistema político, económico y social” y empezar a reconstruir al país “destruido” y a “la nación desintegrada”, planteó Valdés a EL UNIVERSAL.
La Revolución Comunista de Cuba, que el domingo pasado cumplió 64 años de su triunfo en 1959, reiteró al iniciar 2023 que sus líos socioeconómicos son culpa del embargo que Estados Unidos le impuso desde 1962 y reafirmó que resistirá. El “bloqueo” es un “cerco asfixiante tendido” por EU a Cuba, proclamó el periódico Granma, vocero del Partido Comunista de Cuba (PCC), único legal en ese país, al celebrar la fecha.
Opositores cubanos, nicaragüenses y venezolanos alertaron que la represión política se agudizó en 2022 y seguirá en 2023 en sus respectivos países. El eje izquierdista negó violar los derechos humanos y alegó que las acciones policiales, militares y judiciales contra sus rivales fueron para defender sus revoluciones del asedio de EU.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos, instancia autónoma de la Organización de Estados Americanos, denunció el jueves anterior que Cuba (mil 34), Venezuela (247) y Nicaragua (195) cerraron 2022 con mil 476 presos políticos. Los tres gobiernos, que repudian al foro continental y lo tildan de servil a EU, negaron tener presos de conciencia.
El acoso oficialista a sus adversarios siguió en Venezuela, donde 2022 ratificó la honda división del sector opositor y sepultó la figura de presidente interino. Venezuela decidirá este año si hay elecciones libres en 2023 o 2024 o si se esa ruta fenecerá.
“Un 2023 con más esperanza”, pidió la abogada Vilma Núñez, presidenta del (no estatal e ilegalizado) Centro Nicaragüense de Derechos Humanos, ante el profundo conflicto político que estalló en 2018 en Nicaragua con un régimen acusado de dictadura dinástica. El gobierno rechazó los cargos. “Luchemos hasta lograr que todas las personas presas políticas sean liberadas, haya justicia, democracia y respeto a los derechos humanos”, dijo Núñez a este diario.
A votar
Las urnas dictarán parte de la agenda en América Latina y el Caribe en 2023.
Cuba elegirá el 26 de marzo de este año en las urnas a la nueva formación (diputados) de su Asamblea Nacional. Del total de diputados, y con monopolio del PCC, la Asamblea escogerá al presidente de Cuba y en octubre de 2024 decidirá si reelige o no al actual gobernante, Miguel Díaz-Canel, y ya candidato a diputado, para un segundo y último quinquenio.
Paraguay acudirá el 30 de abril a elegir presidente, vicepresidente, senadores, diputados y gobernadores para ejercer por cinco años a partir del venidero 15 de agosto.
El 25 de junio, Guatemala elegirá presidente, vicepresidente, diputados y munícipes. De ser necesario en la puja de presidente y vicepresidente, la segunda y definitiva ronda será el 27 de agosto, y el cambio de poder será el 14 de enero de 2024 para un cuatrienio.
Argentina votará el 22 de octubre para designar presidente y vicepresidente y, si es necesario, la segunda vuelta será el 19 de noviembre. El traspaso de poderes será el 10 de diciembre para un mandato de cuatro años. El proceso avanzará con la expectación por el afán reeleccionista del presidente, Alberto Fernández, y el futuro judicial y político de su vicepresidenta, la expresidenta Cristina Fernández viuda de Kirchner, y sus líos de corrupción, por los que en diciembre de 2022 fue condenada a seis años de cárcel.
Panamá y El Salvador alistarán en 2023 los comicios presidenciales de 2024. El presidente salvadoreño, Nayib Bukele, afianzaría este año su dominio sobre los poderes Ejecutivo, Legislativo, Judicial y electorales y su control militar y policial y apuntar reelegirse en 2024 a un segundo quinquenio consecutivo en aparente roce con una prohibición constitucional.
Perú seguirá en 2023 en desasosiego luego de que el Congreso destituyó, el 7 del mes anterior, a Pedro Castillo de la presidencia tras el fallido intento de ese día del ahora exgobernante de ejecutar un golpe de Estado. El Congreso sustituyó a Castillo con la vicepresidenta Dina Boluarte, cuyo futuro parece frágil en un paisaje de tempestades políticas, institucionales y socioeconómicas.
Ecuador irá el 5 de febrero a un referendo para que los ecuatorianos aprueben o rechacen extraditar a sus connacionales por crimen organizado transnacional, reformar la Fiscalía General, variar el aparato legislativo y modificar normas ambientalistas, entre otros planes.
El mapa regional evidenció que, según datos actualizados a finales de 2022 por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), que integra la Organización de Naciones Unidas, hay 223 millones de latinoamericanos y caribeños en la miseria, con 185.5 millones a 2019. Para 2023 se vislumbró más migración irregular continental y resonó una vieja duda: ¿el coctel de narcotráfico, corrupción, machismo, feminicidios, violencia e inseguridad seguirá creciendo o cederá a las añejas promesas políticas?