Washington.— El presidente estadounidense Donald Trump y líderes del Congreso fracasaron ayer en su intento de acordar la reapertura del gobierno: el magnate insistió en la necesidad de un muro, mientras los demócratas proponen dar más tiempo para debatir sobre seguridad fronteriza, manteniendo abierta la gestión.
Trump advirtió que el cierre parcial del gobierno, que ayer cumplió 12 días, durará “el tiempo necesario”. “Podría pasar mucho tiempo, o podría ser pronto”, dijo en una reunión de gabinete en la Casa Blanca previa a su encuentro con los legisladores, en el que los funcionarios del Departamento de Seguridad Nacional hablaron a favor del muro fronterizo.
Subrayó que la frontera actual es “como un colador” y aludió al gas lacrimógeno “volando” para disuadir los ingresos, dos días después de que un grupo de 150 migrantes intentaran saltar la valla fronteriza, desde Tijuana a San Diego.
La agencia de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) informó que algunos de los migrantes lanzaron piedras, por lo que tuvieron que responder con gas lacrimógeno, pimienta y bombas de humo. Hubo 25 personas detenidas de las que lograron cruzar.
Según dijo Trump en la reunión de gabinete en la que también estuvieron presentes su hija Ivanka y su yerno Jared Kushner, si los migrantes “supieran que no pueden pasar, ni siquiera empezarían”. En un comunicado, Amnistía Internacional tachó de “cruel e inhumano” el uso de gas lacrimógeno “contra hombres, mujeres y niños que buscan protección”. Desde temprano, vía Twitter, Trump volvió a defender la idea del muro, e insistió en que México pagará por él a través del nuevo acuerdo comercial, el USMCA (el T-MEC), que sustituye al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). Según él, los 5 mil 600 millones de dólares que quiere que se aprueben como parte del presupuesto “son poco en comparación con los beneficios para la Seguridad Nacional”.
Por la tarde, tras la reunión con líderes congresistas, el estancamiento continuó. “No creo que se haya logrado ningún progreso en particular... Esperamos que de alguna manera en los próximos días o semanas podamos llegar a un acuerdo”, dijo a los periodistas el líder de la mayoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, a la salida del encuentro.
Los líderes demócratas pidieron a Trump que reabra la parte de la administración que se encuentra paralizada de manera inmediata, dejando el debate sobre la seguridad fronteriza del país para fecha próxima.
La previsiblemente próxima presidenta de la Cámara Baja, la demócrata Nancy Pelosi, quien también estuvo presente, aseguró que la intención de sus colegas y ella es “acabar con el cierre parcial administrativo mañana [jueves]”, aprovechando que asumen la mayoría que obtuvieron en las elecciones de noviembre pasado.
“Vamos a votar un paquete legislativo para reabrir la administración basado en leyes que han sido antes aprobadas por el Senado republicano y otra legislación separada para aprobar fondos para Seguridad Nacional hasta el 8 de febrero”, indicó Pelosi a los periodistas.
Explicó que aprobar esta segunda iniciativa “daría 30 días más” a demócratas, republicanos y Trump para negociar sobre los fondos para la seguridad fronteriza estadounidense, sin la necesidad de tener la administración parcialmente cerrada. Tanto la Casa Blanca como McConnell rechazaron la propuesta demócrata y Trump volvió a convocar para este viernes a otro encuentro en la Casa Blanca con los líderes de ambos partidos.
Irónicamente, de acuerdo con el diario The Washington Post, el cierre del gobierno se ha traducido en una parálisis de las deportaciones, puesto que entre los 800 mil burócratas que dejaron de recibir sus salarios desde el 22 de diciembre están 400 jueces migratorios, que tienen prohibido por ley celebrar audiencias. Por ello, cientos de casos se verían pospuestos años, o indefinidamente.
Además, parques nacionales, que incluyen el Joshua Tree y Yosemite, en California, han cerrado campamentos porque los retretes amenazaban con desbordarse.
En Washington, los 17 museos administrados por el Instituto Smithsoniano y el Zoológico Nacional cerraron sus puertas el miércoles tras quedarse sin fondos de emergencia.