Madrid.— La ambivalencia del presidente Andrés Manuel López Obrador es un peligro para la agenda del colectivo LGBTTTI que busca el reconocimiento pleno de la diversidad sexual en México, asegura a EL UNIVERSAL Amaranta Gómez Regalado, antropóloga y muxhe zapoteca.
“Una muestra muy clara y peligrosa de la ambigüedad de López Obrador es conmemorar el Día Internacional contra la Homofobia el 17 de mayo y acto seguido, al ser preguntado por un periodista si mandaría una propuesta de ley federal para el matrimonio igualitario, responde que su intención es someter a consulta esos derechos. Su ambivalencia es un peligro para nuestra agenda, pero no quitamos el dedo del renglón”, dice Gómez Regalado, quien participó en la Casa de América de Madrid en un foro internacional sobre derechos.
Amaranta indica que están trabajando desde los diferentes estados de México para implementar la agenda LGBTTTI (Lésbico, Gay, Bisexual, Transexual, Transgénero, Trasvesti e Intersexual), pero reitera que la ambigüedad de López Obrador y las resistencias internas de Morena son obstáculos.
“Ahora tiene [el Presidente] un coqueteo muy claro hacia los grupos religiosos a los que recibe en Palacio Nacional; en Yucatán les acaba de dar una concesión de radio, llama a leer la Biblia en actos públicos y a orar, por supuesto, por el país. Son signos de una violencia tremenda hacia el Estado laico, que venía protegiendo la agenda de las libertades, desde la agenda feminista hasta la agenda LGBTTTI”, indica la indígena zapoteca.
En un plano más general, la integrante del Comité Nacional Trans considera un absurdo recurrir en los actos públicos al referéndum a mano alzada, ya que los que acuden a un mitin no son representativos a nivel nacional.
“Es medio maquiavélico decir que el mecanismo de consulta es el único que puede definir una política o una toma de decisión para algo trascendental, como es el tren maya por ejemplo.
“Hay muchas resistencias en el interior del partido de López Obrador, pero también hay muchas oportunidades de gente que está en el poder ahora, en la legislación sobre todo, para poder sacar adelante la agenda LGBTTTI. No se puede someter a consulta. Hay que legislar, porque estamos hablando de derechos que no se pueden regentear”, precisa.
Gómez Regalado pertenece al grupo indígena zapoteco del Istmo de Tehuantepec y se define como muxhe, una identidad de género que en su cultura no se corresponde con las categorías de hombre o mujer.
“Algunas muxhes no se identifican como mujeres transgénero, porque son nada más que mu- xhes. Es una cultura muy propia de nosotras, es algo cultural de los que han nacido en el Istmo. Allá somos aceptadas, pero no es el paraíso, porque existen todavía asesinatos de personas de la diversidad. Hay discriminación, no somos aceptadas al 100%”, agrega Dayana Gallegos Castillejos, activista indígena por los derechos de la diversidad sexual.
Ataviadas con vestidos zapotecos, convenientemente maquilladas y con el pelo recogido en sofisticados moños, las indígenas oaxaqueñas que asisten al encuentro de Madrid precisan que la comunidad muxhe no está exenta del impacto de la violencia o los crímenes de odio.
“La cultura muxhe y los zapotecas tenemos mecanismos y procesos distintos de aceptación. No se vive desde lo individual. El proceso de aceptación es colectivo, parte de la comunidad, y eso hace que las fobias no sean tan fuertes”, declaran las activistas.