Washington.— El secretario general de la Organización de los Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, defendió ayer su gestión frente a los dos candidatos que desafían su aspiración de ser reelegido al frente del organismo.
El secretario busca comprometer los 18 votos que necesita para ser confirmado en el cargo a la cabeza de la organización con 34 miembros activos. Se prevé que los miembros de la organización elijan un nuevo secretario general el 20 de marzo.
El diplomático dijo en una presentación ante el Consejo Permanente en Washington que el primer desafío que enfrentó en 2015 fue recuperar la “relevancia de la OEA”y que su liderazgo devolvió a la institución “su lugar central como foro político hemisférico”. “Le hemos dado a la OEA la relevancia política que merecía, el papel de ser el foro político principal del hemisferio”, declaró.
Embajadores de varias naciones le recriminaron a Almagro haber dejado una OEA “polarizada” y dividida respecto a la crisis política venezolana y a otros gobiernos izquierdistas. Almagro respondió que en países como Venezuela, Cuba o Nicaragua hay “casos de alteración del orden constitucional” y de “gobiernos ilegítimos”. “Eso no quiere decir que no hemos trabajado con estos países. Hemos dialogado con ellos en torno a la democratización”, respondió.
Almagro tiene dos rivales de peso: la excanciller ecuatoriana María Fernanda Espinosa, quien fue presidenta de la Asamblea General de la ONU, y el peruano Hugo de Zela, un avezado diplomático. Ellos dijeron que la diplomacia y la negociación son la clave ante estas crisis. Espinosa, excanciller de Ecuador y expresidenta de la Asamblea General de la ONU, dijo que ante conflictos políticos se deben cumplir los mandatos de la carta democrática interamericana y usar los órganos técnicos que tiene la organización, y generar grupos de mediación. De Zela, actual embajador de Perú en EU, destacó que “no se puede profundizar divisiones”.