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Seúl.— El presidente surcoreano, Moon Jae-in, celebrará mañana su tercera cumbre desde abril con el líder norcoreano, Kim Jong-un, en Pyongyang, con el objetivo de ayudar a Corea del Norte y a Estados Unidos en el avance de la desnuclearización de la península.
Con este viaje de tres días, Moon, quien estará acompañado por varios empresarios surcoreanos, sigue los pasos de sus predecesores, Kim Dae-jung y Roh Moo-hyun, quienes habían, en 2000 y en 2007, participado en las dos primeras cumbres intercoreanas de la historia.
La agenda de este nuevo encuentro no fue anunciada, pero es probable que Corea del Norte busque impresionar a su invitado con decenas de miles de personas en las calles aclamando al presidente surcoreano.
La cumbre de abril en la parte sur de la localidad fronteriza de Panmunjom, primer encuentro de dos dirigentes coreanos en 11 años, estuvo repleto de símbolos. El presidente surcoreano había incluso cruzado brevemente la línea de demarcación, invitado por Kim, pero esta vez el pedido de avances concretos es más importante. Moon tuvo un papel clave para permitir que se organizara la cumbre histórica del 12 de junio en Singapur entre Kim y el presidente estadounidense Donald Trump.
Kim se comprometió entonces a realizar la “desnuclearización de la península”. Las dos partes se abocan desde entonces a definir el significado exacto de este compromiso. Washington y Seúl tienen además dos ideas diferentes sobre ello en lo que respecta a Pyongyang.
En su visita a la capital norcoreana, Moon planea “tener un papel de facilitador o de mediador”, declaró su consejero para asuntos exteriores, Moon Chung-in. “Cree que la mejora de las relaciones intercoreanas debe permitir facilitar el diálogo entre el Norte y Estados Unidos y solucionar el tema nuclear norcoreano”, dijo.
El mes pasado, Trump anuló súbitamente una visita a Pyongyang de su secretario de Estado, Mike Pompeo. El régimen norcoreano denunció los métodos de “gánster” de los estadounidenses, acusados de querer obtener el desarme unilateral sin hacer concesiones en cada etapa y sin dejar de presionar o retirar las sanciones.
Washington exige “una desnuclearización definitiva y enteramente verificada”, mientras que Pyongyang quiere una declaración oficial de Estados Unidos para marcar oficialmente el fin de la Guerra de Corea, pero Kim envió recientemente a Trump una carta para pedir una nueva cumbre.
Es probable que Corea del Norte busque capitalizar el deseo de Trump de anunciar avances concretos en las elecciones de noviembre, estimó Go Myong-hyun, experto del instituto Asan de estudios políticos.
Moon podría intentar convencer al dirigente norcoreano que se comprometa verbalmente para entregar una lista de las armas nucleares norcoreanas, adelanta Shin Beom-cheol, también del instituto Asan. La próxima etapa podría ser una cumbre en octubre entre Kim y Trump.
Aunque la desnuclearización no avance mucho, las dos Coreas lograron no obstante impulsar proyectos juntos. El viernes abrieron una oficina conjunta de enlace en la ciudad norcoreana Kaesong.
Acompañarán a Moon en este viaje a Pyongyang los dirigentes de los mayores conglomerados del Sur, entre ellos el heredero del imperio Samsung, Lee Jae-yong, y los dirigentes de SK y LG. “Con ello envía el mensaje al Norte de que es de su interés cerrar rápidamente la desnuclearización y concluir las negociaciones con EU para que el Sur despliegue toda la gama de cooperación económica”, declaró Go.