Magnus Carlsen
probó en reiteradas veces su supremacía sobre los mejores ajedrecistas de la actualidad. De la generación anterior, tanto Vishwanathan Anand (a quién le arrebató el título de campeón) como Vladimir Kramnik se vieron desbordados por su juego. Y sus contemporáneos Serguei Karjakin, Fabiano Caruana o Hikaru Nakamura, aunque le han dado batalla, siempre terminaron cediendo ante su superioridad. Pero de golpe, en el mundo del ajedrez apareció un adolescente que amenaza el estado de cosas. "El genio dentro de la botella" se llama Alireza Firouzja . Un jugador de 17 años que ya había llamado la atención en los últimos días de 2019, y que ahora dio otro campanazo al sorprender a Carlsen. El año pasado, Firouzja pasó la barrera de los 2700 puntos del ranking. Para que el lector se forme una idea, ningún jugador argentino lo ha conseguido en toda la historia.
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Es un joven sin bandera. Alireza Firouzja se radicó hace un año en Francia, disconforme con las presiones recibidas por el gobierno de Irán , su país natal. Irrumpió como un bólido en la elite mundial, superando varios récords de precocidad: por ejemplo, a los 12 años ya era campeón iraní absoluto, y mostrando un estilo de juego atacante y desprejuiciado. Muy fuerte en las partidas rápidas, como suelen serlo los jugadores jóvenes ya que se requieren buenos reflejos para ellas, ya fue capaz de vencer al mismo Carlsen en un match con esa modalidad. Mientras, en el ajedrez clásico obtuvo el segundo lugar en el reciente magistral de Noruega por detrás del campeón mundial, pero delante de Caruana y Aronian. Alireza es temperamental, y ya más de una vez ha tirado las piezas del tablero, rabioso, al perder una partida; también, como debe ser, tiene gran confianza en sí mismo, y ya anunció que será el próximo campeón del mundo. Claro, le falta el escollo más difícil.
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Será interesante observar este devenir histórico en el ajedrez: por un lado un joven talento con la voluntad y la mente dirigidas al objetivo de ganar el Campeonato Mundial, y por otro la menos imperativa posición del campeón en su afán de mantenerse en el cetro. Cuando han ocurrido estas rivalidades en la historia del ajedrez, el aspirante más joven ha prevalecido, como cuando Garry Kasparov destronó a Anatoli Karpov , o Bobby Fischer a Boris Spassky . En las veces que hasta ahora Carlsen y el prodigio iraní se han enfrentado en el tablero, siempre han sido partidas cargadas de tensión. Por ejemplo, en el Mundial de partidas rápidas de 2019, Firouzja perdió por tiempo cuando tenía una posición ganadora. En el resumen de aquella partida se ve que el reloj recarga dos segundos por cada jugada realizada. Normalmente los maestros de este nivel controlan con suficiencia situaciones con pocos segundos en el reloj pero allí, en la última jugada, un nevioso Alireza volcó una pieza, y eso le hizo perder un segundo decisivo, lo que decretó su derrota.
En general, Carlsen, pese a perder el match de rápidas, pudo salir airoso en sus encuentros con el joven iraní, pero ya se percibe que la lucha futura será equilibrada y sin cuartel. Y aunque todavía no están las brevas maduras para el enfrentamiento directo por la corona, ellos ya están luchando desde lo mental. Imaginando técnicas para vencerse el uno al otro, anticipando la futura gran pugna del ajedrez mundial .
foa/acmr