Glasgow.— Una alianza de países liderada por Costa Rica y Dinamarca anunció ayer su intención de acabar con la producción de gas y petróleo, una nueva iniciativa durante unas negociaciones atascadas en la COP26 sobre el cambio climático.
La Beyond Oil and Gas Alliance (BOGA) arranca con 11 Ejecutivos (más otro en concepto de “amigo”).
Todos se comprometen a cesar de explorar y producir gas y petróleo, responsables de la mayor parte de las emisiones de carbono que están elevando la temperatura del planeta.
“Tenemos que empezar esta conversación, tenemos que ver medidas concretas. Estamos oyendo al mundo más allá de estas paredes”, dijo la ministra de Ambiente y Energía costarricense, Andrea Meza.
“Las promesas suenan vacías cuando la industria de las energías fósiles continúa recibiendo miles de millones en subvenciones (...) o cuando los países continúan construyendo centrales de carbón”, añadió en un acto el secretario General de la ONU, António Guterres. Los casi 200 países presentes en la COP26 se encuentran inmersos en las negociaciones para sacar un documento hoy que eleve la ambición y los compromisos para mantener el calentamiento del planeta idealmente en +1.5 ºC, y eso pasa ineluctablemente por reducir radicalmente las emisiones.
El petróleo y el gas representan 90% de las emisiones de CO2.
La COP26 de Glasgow tiene como misión desarrollar el histórico Acuerdo de París de hace seis años. El borrador es objeto de forcejeos, por ejemplo con una mención específica a los combustibles fósiles que desagrada a países productores.
La conferencia debe concluir con un documento que incluya además las reglas de vigilancia mutua, de transparencia, de armonización de fechas y la manera como presentan los países sus objetivos climáticos, e incluso cómo se indemnizan las pérdidas que sufren, y quién paga todo eso. La financiación está siendo un serio escollo. El presidente de esta cumbre del clima de la ONU, el británico Alok Sharma, reclamó en particular a los países ricos elevar sus propuestas de financiación, porque, sin el suficiente dinero, los pobres no pueden mitigar, adaptarse o incluso sobrevivir al impacto climático, lo que repercute en los esfuerzos globales.