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Madrid.- Las primeras alarmas comenzaron a saltar en Reino Unido el pasado mes de enero. Desde entonces, las autoridades sanitarias de ese país investigan los casos de más de 110 niños infectados por una hepatitis aguda de origen desconocido, ya que en muchos de los contagiados no se detectaron los virus que suelen provocar esta enfermedad.
Se trata en su mayoría de niños menores de 10 años, que no tienen hábitos comunes y que tampoco mantienen una relación entre ellos. El aumento de casos en tan breve periodo de tiempo, la gravedad de los mismos y el enigma sobre la procedencia de la infección, mantienen en el desconcierto a las autoridades sanitarias.
La insólita hepatitis infantil que por ahora solo ha causado una muerte, se ha ido extendiendo a otros países, entre ellos España, Estados Unidos e Israel, que llevan registrados más de una treintena de casos. También se están investigando posibles brotes en Dinamarca y Países Bajos, por lo que el número de casos podría incrementarse de forma significativa. Prácticamente la totalidad de los pequeños afectados evolucionan favorablemente, pero algunos en estado más grave han necesitado un trasplante urgente de hígado para poder sobrevivir. Hasta el domingo, la Organización Mundial de la Salud tenía registro de 169 casos.
Las autoridades sanitarias británicas barajan la posibilidad de que las infecciones se puedan deber a un adenovirus, ya que varios de los menores han dado positivo a este tipo de gérmenes que se transmiten por contacto o por el aire, aunque rara vez causan problemas hepáticos. El Covid-19 fue detectado en 20 de los niños afectados. Y otros 19 mostraron una coinfección de Covid y de adenovirus.
Los datos recabados hasta ahora no permiten extraer conclusiones sobre el origen de esta extraña hepatitis que, según el Centro Europeo para el Control y la Prevención de Enfermedades, podría estar provocada también por una exposición tóxica.
Las hipótesis sobre las que trabajan los especialistas son principalmente dos: que haya surgido una nueva variante con un cuadro clínico específico de hepatitis, o bien que se trate de una variante ya conocida, pero con un impacto más grave en algunos menores. Algunos especialistas manejan la posibilidad de que, debido a las medidas preventivas contra el Covid-19 que hicieron que los niños estuvieran menos expuestos a los adenovirus, algunos de ellos se hayan vuelto más vulnerables al estar poco inmunizados. Pero es solo una suposición más.
El Centro Europeo para el Control y la Prevención de Enfermedades precisa que el cuadro clínico en los casos identificados es el de una hepatitis aguda grave con transaminasas marcadamente elevadas, que a menudo se presenta con ictericia, a veces precedida por síntomas gastrointestinales que incluyen vómitos como característica prominente. Los afectados son niños de hasta 16 años de edad.En este escenario incierto, asoma un dato preocupante: el porcentaje de menores afectados que han necesitado trasplante de hígado para sobrevivir es mucho más elevado de lo habitual.
“Las hepatitis por virus conocidos (A, B, C, D, y E) producen por lo general cuadros similares, quizás con menos sintomatología gastrointestinal. Lo que sí llama la atención en el caso de estos niños es el porcentaje de trasplantes que hoy por hoy es muy alto, alrededor del 8%, cuando la frecuencia habitual de trasplantes en hepatitis fulminantes, sobre todo por el virus B que es el más agresivo de todos, se sitúa apenas en el 1%”, señala a EL UNIVERSAL Vicente Carreño, hepatólogo y presidente de la Fundación para el Estudio de las Hepatitis Virales.Sin restar valor a la hipótesis que apunta a una mayor vulnerabilidad de los menores como consecuencia de las restricciones de la pandemia y la falta de exposición a los adenovirus, el hepatólogo subraya que hay que tener en cuenta que entre los afectados hay niños que tienen diez años o más, mientras que la pandemia ha durado solo dos, por lo que esos menores debieron entrar en contacto con adenovirus antes de la llegada del Covid-19.
“Si se trata de un adenovirus, es desde luego muy distinto a los habituales que causan por lo general cuadros leves respiratorios y digestivos, pero muy rara vez una hepatitis de este tipo. Estamos ante un comportamiento atípico, por lo que puede ser un virus desconocido hasta ahora”, agrega el médico que es miembro de las Sociedades Europea y Americana para el Estudio de las Enfermedades del Hígado.
La hepatitis criptogénica, que es una enfermedad hepática crónica que padecen aproximadamente un 2% de los pacientes, tiene también un origen desconocido; pero en el caso de los menores afectados se trata de una hepatitis aguda, que es algo bien distinto, especifica el experto.
“Hay que tener mucho cuidado y tratarlos como a cualquier enfermo infeccioso: usar mascarilla, lavarse mucho las manos con jabón y que el paciente tenga para él exclusivamente su ropa y los utensilios que utilice para evitar cualquier contacto. Con estas medidas los familiares pueden estar tranquilos”, recomienda el hepatólogo.
La Agencia de Seguridad Sanitaria de Reino Unido subraya que el modo más eficaz de frenar la propagación de los adenovirus es practicar una buena higiene de las manos y las vías respiratorias y supervisar el lavado de manos en los niños más pequeños.
Las autoridades sanitarias internacionales desmintieron el bulo que relacionaba las vacunas con la aparición de la hepatitis en menores.
“No hay vínculo con la vacuna contra el Covid-19. Ninguno de los casos confirmados hasta ahora en Reino Unido ha sido vacunado”, señaló la Organización Mundial de la Salud en referencia al origen ignoto de la hepatitis infantil.
El Centro Europeo para el Control y la Prevención de Enfermedades anunció que está trabajando, conjuntamente con la Organización Mundial de la Salud (OMS), con los equipos de cada uno de los países que informaron de casos para apoyar las investigaciones en curso.
La OMS no recomienda tomar medidas restrictivas a la entrada y salida al Reino Unido u otros países afectados, ya que por ahora no ha identificado que los viajes internacionales guarden relación con la proliferación de casos.