Katowice, Polonia.— Los 200 países reunidos en Polonia para tratar de poner en marcha el Acuerdo de París deben “hacer mucho más” para limitar los impactos sin precedente del cambio climático, abogó ayer Naciones Unidas, aunque parece poco probable que se dé una respuesta ambiciosa.
La vigesimocuarta conferencia de la ONU sobre el clima (COP24) inició extraoficialmente ayer en la ciudad polaca de Katowice.
Los impactos del desajuste climático “nunca fueron tan graves” y tienen que obligar a la comunidad internacional a “hacer mucho más” para combatirlo, reclamó ayer la mexicana Patricia Espinosa, secretaria ejecutiva de la Convención Marco de la ONU sobre el Cambio Climático.
“Este año debería ser uno de los cuatro más calientes jamás registrados. Las concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera están en su punto más alto y las emisiones continúan aumentando”, añadió en un comunicado divulgado en la conferencia.
“Los impactos del cambio climático nunca fueron tan graves. Esta realidad nos dice que tenemos que hacer mucho más. La COP24 tiene que hacer eso posible”, agregó Espinosa.
Indicó que los desajustes climáticos ya están afectando a “las comunidades de todo el planeta” y las “víctimas, destrucciones, el sufrimiento” que conlleva, “hace que nuestro trabajo sea más urgente”.
Con la firma del Acuerdo de París de 2015, el mundo se comprometió a limitar el aumento de la temperatura en dos grados Celsius respecto a la era preindustrial.
El reciente informe de los científicos del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés), destacó la diferencia “neta” en el impacto que tendrían esos dos objetivos, que irían desde olas de calor al aumento del nivel del mar, pero los compromisos que hasta ahora han tomado los firmantes del acuerdo de París llevarían al mundo a un aumento de tres grados Celsius.
Puesto que el planeta ya ha subido un grado Celsius para mantenerse por debajo de 1.5 grados Celsius, las emisiones de CO2 deberían reducirse casi 50% para 2030 respecto a 2010, de acuerdo con el IPCC.
Los miembros del G20, excepto Estados Unidos, reafirmaron el sábado su apoyo al Acuerdo de París.
Con una guerra comercial entre China y EU, y el escepticismo respecto al cambio climático de Donald Trump y de Jair Bolsonaro (quien también mencionó una posible salida de su país del Acuerdo de París), “las estrellas ya no están alineadas”, lamenta Seyni Nafo, portavoz del grupo África.
La falta de compromiso se refleja en que sólo una veintena de dirigentes confirmaron su participación en la conferencia de Katowice, incluidos el primer ministro holandés y el presidente español o los presidentes de Nigeria y de Botsuana.
En cuanto a Polonia, anfitriona del acto y firme defensora de su industria del carbón, su objetivo es que se adopte el manual de uso del Acuerdo de París, que requiere de reglas precisas para ser puesto en marcha, especialmente sobre la transparencia, o sobre como los Estados rendirán cuenta de sus acciones, su financiación o sus resultados.
Se teme que los debates podrían tornarse muy ásperos sobre esos temas sensibles, particularmente en lo que se refiere a la cuestión de la financiación norte-sur.