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San José.— La pregunta desafía: ¿cuál es la situación del dengue en América Latina y el Caribe? La respuesta de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) inquieta: es compleja. Por sus crecientes saldos mortales, la enfermedad dejó a América Latina y el Caribe sin motivos para “festejar” el Día Internacional contra el Dengue, que se recuerda cada 26 de agosto.
Más de 2 millones 50 mil latinoamericanos y caribeños contrajeron la enfermedad de enero a julio de 2019 y 723 fallecieron, por lo que este año ya superó a 2018, que reportó 561 mil 364 casos y 340 muertos, y a 2017, con 580 mil 640 y 317 decesos, de acuerdo con los datos de la OPS.
Las cifras de este año todavía son inferiores a las de 2016, que tuvo más de 2 millones 174 mil personas afectadas y 915 víctimas mortales, y de 2015, cuando la sufrieron más de 2 millones 415 mil y perecieron mil 355, informó la OPS en un recuento que emitió el 9 de agosto anterior.
La situación latinoamericana y caribeña con el dengue es “compleja”, porque la región “atraviesa actualmente un nuevo ciclo epidémico de la enfermedad tras dos años de una baja incidencia”, insistió.
En un rango que la OPS definió con base en los casos nuevos por cada 100 mil habitantes, los 10 países más golpeados son Nicaragua, Brasil, Honduras, Belice, Colombia, El Salvador, Paraguay, Guatemala, México y Venezuela.
Guatemala, Honduras y Nicaragua declararon alertas epidemiológicas en 2019 por el dengue.
Las estadísticas precisaron que México pasó de 89 mil 600 enfermos y 732 muertes en 2017 a 78 mil 445 y 218 bajas mortales en 2018, con 49 mil 126 y 149 fallecidos, en 2019.
“La región atraviesa un nuevo periodo epidémico de dengue con un incremento notable” de contagiados, dijo Marcos Espinal, director del Departamento de Enfermedades Transmisibles y Determinantes Ambientales de la Salud de la OPS.
La crisis se agudizó por factores como el clima, el inadecuado ordenamiento ambiental y la gran capacidad de adaptación del mosquito Aedes aegypti, que transmite la enfermedad, explicó.
Una peculiaridad del fenómeno en 2019 es que, a diferencia de años anteriores, las personas menores de 15 años están entre las más perjudicadas, de acuerdo con el organismo. Estudios oficiales mostraron que, del total de muertes por dengue grave, 66% en Honduras y 52% en Guatemala tenían edades de 0 a 15 años.
Espinal sugirió que ese rango poblacional, por su edad, registró menor exposición al virus y ahora “carece de inmunidad”.
Pese a que la muerte es evitable y a que la detección temprana es vital, “no hay tratamiento específico” para el dengue, “pero la detección oportuna, el acceso a la asistencia médica y el manejo adecuado del paciente enfermo disminuyen las complicaciones y la progresión de la enfermedad hacia la gravedad”, recordó la OPS.
El dengue es causado por un virus con cuatro serotipos o microorganismos distintos, pero estrechamente vinculados, y todos circulan por América.
La OPS describió que, si una persona supera la infección, adquiere inmunidad de por vida contra el serotipo en particular, pero infecciones posteriores causadas por otros serotipos aumentan el riesgo de padecer dengue grave. “El serotipo 2 es uno de los más letales y es el que ahora más está afectando a los niños y adolescentes”, advirtió.
La forma de prevenir es que las comunidades eliminen cualquier objeto en desuso que sirva para acumular agua, como bidones, neumáticos viejos, latas, botellas y floreros, y tapen herméticamente los depósitos de agua de uso doméstico, reiteró la Organización Panamericana de la Salud.
“Eliminar los criaderos es darle un duro golpe al mosquito al cortar su ciclo de reproducción y reducir su población en el espacio”, recomendó José Luis San Martín, experto de la OPS.
“El dengue es un problema de saneamiento doméstico y sanitario”, recalcó el especialista.
Ayer mismo, Ileana González Aguilera, de 31 años y de triple nacionalidad, hondureña, estadounidense y nicaragüense, se convirtió en la víctima número 12 del dengue en Nicaragua.