San José. – Con una presencia dividida y de sólo tres países—México, Perú y Chile—de América Latina, una cumbre de los gobernantes de los 21 miembros del Foro de Cooperación Económica Asia Pacífico (APEC, por sus siglas en inglés), del 11 al 17 de este mes en Estados Unidos, desafiará al resto de latinoamericanos a tratar de mirar con claros fines económicos hacia las riberas occidentales del Océano Pacífico… más allá de las orillas orientales americanas.
Tras la creación de APEC en 1989, Colombia, Costa Rica y Panamá se formaron en fila, sin lograrlo, para intentar ingresar a una alianza que, según cifras oficiales a 2023, representa a casi 40% de la población mundial, opera de 46% a 50% del comercio global y tiene 62% del Producto Interno Bruto del planeta y más de 60% de las exportaciones de bienes de EU.
Divididos, los presidentes izquierdistas de México, Andrés Manuel López Obrador, y de Chile, Gabriel Boric, y la de Perú, la ahora derechista Dina Boluarte, acudirán a la cita, que se realizará en San Francisco, California, como una de las principales y emblemáticas ciudades estadounidenses sobre el litoral Pacífico y con el presidente de EU, Joe Biden, como anfitrión.
López Obrador reafirmó reiteradamente desde el 7 de diciembre de 2022 su negativa a reconocer, como legítima presidenta peruana, a Boluarte, e insistió en que el verdadero mandatario de Perú sigue siendo el izquierdista Pedro Castillo.
Tras asumir en julio de 2021, con Boluarte como vicepresidenta, Castillo se hundió en un desgaste político y sin éxito intentó, en diciembre del año anterior, perpetrar un golpe de Estado al pretender disolver el Congreso de Perú y otras instituciones para gobernar por decreto.
En respuesta, el Congreso lo destituyó y reemplazó con Boluarte y el mismo 7 quedó preso por presunta corrupción política. México, con López Obrador, se negó a reconocer a Boluarte y redujo las relaciones diplomáticas con Lima al mínimo.
“La postura improductiva de López Obrador, quien se resiste a reconocer la legitimidad de Boluarte, es innegablemente un impedimento para que México, Perú y Chile trabajen juntos en una agenda común en el Foro APEC este mes”, afirmó el analista e investigador independiente brasileño Leonardo Coutinho, presidente de Inbrain Consultants, consultora privada de Washington.
“Sin embargo, los tres países tienen una ventana de oportunidad que no depende de la formación de un bloque”, dijo Coutinho a EL UNIVERSAL.
“El Foro es una oportunidad para que cada uno de los tres países latinoamericanos miembros se presente como candidato al ‘tsunami’ de inversiones que se ha pronosticado desde que EU se tomó en serio el rediseño de las cadenas de suministro, alejándolas de China”, recordó.
Al mencionar que la pandemia del Covid-19, de 2020 a 2022, mostró “al mundo algunos de los problemas derivados de unas redes logísticas y de producción demasiado concentradas en China”, explicó que el trío latinoamericano se topará en la cumbre de este mes ante una ventana de futuras ventajas.
“México, Perú y Chile tienen la oportunidad y la obligación de llegar a San Francisco con el objetivo número uno de posicionarse como alternativas locales, tal como lo han sido India, Vietnam e Indonesia en Asia, para ser el destino de miles de millones de dólares de inversión”, sugirió.
Se trata de una “nueva realidad que no sólo es parte de los planes del gobierno estadounidense, sino también de las propias empresas que se han visto afectadas por la excesiva concentración de sus operaciones en China”, aclaró.
Tras señalar que los tres países “deben mostrarse competitivos presentando resultados o planes viables de modernización fiscal, de infraestructuras y de inversión en educación y formación de mano de obra”, luego deberán avanzar a otras etapas.
“Una vez cumplidos estos elementos, el factor geográfico pasa a ser el ‘plus’. Porque su proximidad a los mercados occidentales sitúa a los tres miembros latinoamericanos de la APEC a la cabeza en la carrera por la inversión en la transferencia de cadenas de valor”, recalcó.
“Este es un espacio trascendental para Chile”, destacó, por su parte, la abogada y política socialista chilena Antonia Urrejola, ministra de Relaciones Exteriores de ese país de marzo de 2022 a marzo de 2023 en el primero de los cuatro años de Boric.
Al argumentar que “cerca de 70% de nuestro intercambio comercial se realiza con economías miembros de APEC”, Urrejola declaró a este diario que “la activa participación de Chile en el Foro contribuye y facilita el proceso de integración económica en la región del Asia-Pacífico y este importante grupo de economías, para traducirlo finalmente en una mayor integración regional que beneficie a todos los chilenos”.
“Son nuestros vecinos por el Pacífico…aunque haya un mar de por medio. Sin duda es un espacio de integración económica, pero también política y cultural para un país como el nuestro”, aseveró.
Al amparo del lema “Crear un futuro resiliente y sostenible para todos”, la cumbre de la APEC reúne en San Francisco, de ayer al viernes próximo, a gobernantes, ministros, dirigentes económicos, empresarios y estudios de los desafíos globales.
El Foro fue fundado en 1989 en Australia con el objetivo general de lograr el crecimiento y la prosperidad de los países en el entorno del Océano Pacífico con mayor intercambio comercial, las inversiones, coordinación y concertación económica y cooperación técnica entre sus socios para promover el desarrollo inclusivo, equitativo, sustentable e innovador.
Con algunas trabas y desavenencias iniciales, el bloque fue creado por Australia, Estados Unidos, Canadá, Brunéi, Indonesia, Japón, Corea del Sur, Malasia, Nueva Zelanda, Filipinas, Singapur y Tailandia. En 1991 se unieron China, Hong Kong (colonia de Reino Unido hasta 1997 y ahora como Región Administrativa Especial de China) y República de China (Taiwán o Taipéi), reclamada desde 1949 por Beijing al acusarla de ser una provincia rebelde.
México y Papúa Nueva Guinea se unieron en 1993, Chile en 1994 y Perú, Rusia y Vietnam en 1998.
La creación del Foro como músculo económico encabezado por EU se registró el 6 y el 7 de noviembre de 1989, sólo dos días antes de que—el 9 de ese mes—cayera el Muro de Berlín, símbolo de la Guerra Fría que, desde 1947, enfrentó indirectamente en distintos escenarios a Washington, como líder del mundo capitalista, y a Moscú, jerarca del bloque comunista. La Unión Soviética se desintegró en 1991 y se estableció la Federación de Rusia.
Con reuniones anuales ministeriales de 1989 a 1992, a partir de 1993 subieron al rango de jefes de Estado y de Gobierno. El encuentro en San Francisco será el trigésimo quinto desde 1989, con una en México en 2002 con el entonces presidente mexicano, Vicente Fox, de anfitrión.
Una eventual controversia en San Francisco con México, y que podría generar el rechazo de López Obrador, sería la decisión frente a la propuesta de Boluarte de ofrecer a Cusco, en la cordillera de los Andes del suroriente de Perú, como sede para 2024. Corea del Sur se postuló para 2025, mientras que la de 2022 fue en Tailandia.
La cumbre se hará menos de 40 días después del estallido, el 7 de octubre de este año, de la guerra entre Israel y Hamas, la organización paramilitar palestina nacionalista e islamista acusada de terrorista, y en vísperas de cumplirse 21 meses del inicio de la guerra, el 24 de febrero de 2022, por el ataque de Rusia a Ucrania. La presencia del presidente de Rusia, Vladimir Putin, en San Francisco, está descartada.
La entrevista de Biden en San Francisco con el presidente de China, Xi Jinping, fue oficialmente anunciada por la Casa Blanca para el 15. A EU inquietó la infiltración china en la zona en medio de la guerra comercial que estalló entre Washington y Beijing en 2018 por diferentes pugnas arancelarias, tecnológicas y de propiedad intelectual, entre otros factores.
El intercambio comercial entre América Latina y el Caribe y China, que en 2000 apenas superó los 14 mil millones de dólares, se acercó en 2022 a los 500 mil millones de dólares, según cifras oficiales.
Sin disponer de un tratado y con una secretaría general de respaldo técnico y consultoría en Singapur, APEC adopta sus resoluciones por consenso y sus declaraciones tampoco son vinculantes o de acatamiento obligatorio por sus 21 integrantes.
Para el abogado peruano Miguel Ángel Rodríguez Mackay, canciller de Perú de agosto a septiembre de 2022 con Castillo, “el Foro APEC es, en sí mismo, un reto para la sociedad internacional”, en una cumbre que se desarrollará “en medio de dos conflictos relevantes y de impacto” como las guerras en Europa del Este y de Medio Oriente.
“La resiliencia, si lo es para las economías más sólidas de APEC, deberá serlo para miembros como Perú, México y Chile, cuyos frentes internos no han sido los mejores en estos últimos años y meses. La resiliencia los pone a prueba a los tres países”, puntualizó el excanciller a este periódico, en alusión al rechazo de López Obrador a Boluarte.
“Mientras (tanto), EU les da un claro ejemplo (a los tres) de la importancia de valorar a las relaciones bilaterales complejas al invitar al foro a Rusia”, contrastó, al insistir en que Perú, México y Chile—con Colombia—son de la APEC y “además” de la Alianza del Pacífico, una de las instancias económicas y políticas más importantes de América Latina y el Caribe y creada en 2011.
Los tres “están por encima de las vinculaciones bilaterales, por cierto, muy complejas, debiendo actuar en función de los intereses nacionales antes que en las agendas unilaterales o particulares. Nuestros países deberán dedicarse a la causa generadora de APEC y de nuestros países”, alegó.
“Una elevación político-diplomática”, alertó, “será que los tres preparen una agenda común para ser efectivos y eficaces en una cuenca donde las prioridades deberían ser las comunes y transversales para los tres antes que seguir soportando pugnas ideologizadas”.
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