El fin de largas dictaduras militares, un notorio auge de los homicidios, mayor desigualdad entre ricos y pobres, transformaciones en el sistema de partidos políticos, reformas constitucionales, nacimiento y crecimiento de grandes empresas, escandalosos episodios de corrupción, una guerra al narcotráfico que tuvo más derrotas que victorias y una incipiente agenda de derechos en varios países. En las últimas tres décadas hubo profundos cambios en América Latina y, a pesar de los matices y diferencias, hay un denominador: la democracia es hoy más estable en la mayoría de las naciones, con algunas claras excepciones como el caso venezolano.
El Grupo de Diarios América (GDA), que cumple 30 años, se planteó saber cuáles han sido las transformaciones en el continente desde 1991. ¿Qué pasó con la democracia? Desde Argentina, el politólogo e investigador Andrés Malamud dice que hay estabilidad desde el 3 de diciembre de 1990.
Desde Chile, el canciller Heraldo Muñoz del segundo gobierno de Michelle Bachelet (2014-2018) opina que, a pesar del estallido social de 2019, en su país existe “una democracia más inclusiva (...)”. La economista Bettina Horst, directora ejecutiva del Centro de Estudios, Libertad y Desarrollo, admite: “Volvemos a las mismas incertidumbres (...) la pregunta es cuál es la democracia que vamos a tener de acá a futuro y cuán democrática va a ser”. La democracia colombiana es más estable, afirma el analista político Hernando Gómez Buendía, editor de la revista académica Razón Pública. Aunque la inconformidad se agravó con la pandemia, agrega: “(...) Esa democracia es más abierta o capaz de recoger las presiones sociales”.
Desde Costa Rica, Constantino Urcuyo, especialista en Relaciones Internacionales y Teoría Política, cuenta: el sistema político es más inestable porque “se desplomó y no fue sustituido por un sistema de partidos articulado”, pero las instituciones fundamentales de la democracia se mantienen.
El doctor en Ciencia Política salvadoreño Álvaro Artiga responde: “Hace 30 años no era democracia”. Luego aclara que ha habido un régimen híbrido que mezcla elementos democráticos para el acceso al poder (...) “pero eso poco que comenzaba a caminar, falló a partir de 2019 y ya concretamente en 2021”, lamenta.
¿En México? El académico José Woldenberg, primer presidente del Consejo General del Instituto Federal Electoral, advierte que la de su país es “una democracia con muchísimos problemas”, pero con instituciones más fuertes: “Hay mucha violencia, mucha inseguridad, una economía que no crece, mucha pobreza, desigualad, corrupción. Es un contexto muy adverso, pero tenemos instituciones como el INE, una buena legislación en la materia, partidos, órganos de la sociedad civil más fuertes que en el pasado”.
Los cambios
En Argentina, el politólogo Malmaud asevera que pasan por la estabilidad democrática, la inestabilidad económica y la dualización social: “Pobres y ricos están cada vez más lejos entre sí”.
En Brasil, Teixeira indica que lo principal es “la seguridad de que todos viviremos con las libertades del régimen democrático”, mientras la situación social “continúa dramática, agravada por la pandemia”. El economista Besserman marca como relevante, en sentido contrario, el “fracaso completo” del saneamiento básico.
El mayor cambio en tres décadas en Chile, según el excanciller Muñoz, fue la transición de la dictadura a la democracia, sumado al mayor crecimiento económico y progreso (con un “agotamiento del modelo económico hacia la tercera década”) y la modernización, con una brecha digital.
Desde Colombia, Gómez Buendía recuerda que hace 30 años los temas que dominaban el panorama noticioso eran cinco: la guerra contra el Cártel de Medellín, la Constituyente de 1991, el comienzo de la escalada militar de las FARC, la agonía del Partido Liberal y la llamada “apertura” de la economía. Dice que la historia de las tres últimas décadas “ha sido desarrollo o consecuencia de los cinco procesos”.
El fin del bipartidismo fue una transformación “crucial” en Costa Rica, afirma Urcuyo. En el terreno económico menciona el esquema neoexportador, que se fortaleció: “Pero hemos tenido fracasos en cuanto a política de distribución del ingreso”. Menciona cómo se transformó el entorno: “Una dictadura en Nicaragua, un narcogobierno en Honduras, un populismo exaltado en El Salvador y (...) los fenómenos de corrupción y de persecución de jueces y fiscales en Guatemala”.
En México, según Woldenberg, la principal transformación fue “haber pasado de elecciones sin competencia a elecciones altamente competitivas, y haber pasado de un mundo de la representación básicamente monocolor, ocupado por un solo partido, a uno de representación diverso, en el que están presentes integrantes de diferentes corrientes político-ideológicas”.
Desde Perú, el exprimer ministro Cateriano expone que el gran cambio es “ideológico y político contra las ideas estatistas y populistas que inspiraron y ocasionaron el quiebre económico del Estado”. Menciona la derrota del terrorismo y la apertura de la economía al mundo a través de los tratados de libre comercio. Para la politóloga Campos un momento “importante y revelador” es que a partir de 2000 se logró “que los gobiernos se encaucen en la Constitución. La isla empeoró, ha sido evidente”, dice Negrón Portillo, catedrático puertorriqueño.
En Uruguay, el principal cambio tiene que ver con las comunicaciones, dice el politólogo Zuasnabar, pero, explica cambios en la matriz productiva, una integración comercial con el mundo “más amplia y diversificada” y reformas institucionales. El expresidente Lacalle menciona como gran cambio “haber recuperado la legitimidad de origen del poder” y destaca la reforma constitucional de 1996, “que democratizó los partidos políticos”. Subraya la derrota de la inflación.
En Venezuela hubo un cambio en la percepción de la violencia, la ruptura del orden constitucional y una crisis humanitaria. La transformación en el tema seguridad se inició a fines de la década de 1980, recuerda la investigadora Pérez. Sobre el cambio en el orden constitucional, advierte: “Ya en 2021 la contención está en el piso, y por eso hablan directamente de un Estado comunal”.
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