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Roma.— Venecia, patrimonio de la humanidad y azotada por las inundaciones durante una semana, volvió a sufrir ayer una marea alta, pero de menor magnitud, mientras lluvias incesantes ponían en alerta las también históricas ciudades de Florencia y Pisa.
En Venecia el “acqua alta”, o marea alta, se elevó 150 centímetros por encima de la media, suficiente para inundar vastos sectores, aunque con mucha menos intensidad que el martes, cuando se registró la mayor marea en medio siglo, de 190 centímetros.
Para las 16:25 horas locales, el nivel del agua mostraba un aumento de 101 centímetros. El nivel rojo de “marea alta excepcional” se alcanza a los 140 centímetros.
“El agua dejó de subir” tuiteó por la mañana el alcalde Luigi Brugnaro. “150 cm de altura... Los venecianos sólo se arrodillan cuando rezan. Venecia estará nuevamente en marcha”, escribió, mientras la plaza de San Marcos era reabierta al público al caer la noche, tras permanecer varias horas cerrada.
El pronóstico para este lunes y martes es más tranquilizador, pues se espera una aumento de unos 110 centímetros que, como mucho, afectará a 5% de la isla.
El respiro se produce lego de una semana de inundaciones que pusieron en peligro este patrimonio mundial y cuyas imágenes dieron la vuelta al mundo. Ahora habrá que evaluar los daños y reparar lo más urgente. El alcalde Brugnaro, en una primera estimación gruesa, habló de perjuicios por más de mil millones de euros. Hay daños en más de 50 iglesias, incluidas la Basílica de San Marcos, además de cientos de tiendas y viviendas.
Los hoteles enfrentan anulaciones de reservas en cadena de cara a la temporada alta de las fiestas navideñas y de fin de año.
La ciudad de Marco Polo, con apenas 50 mil habitantes, recibe cada año 36 millones de turistas, 90% de los cuales son extranjeros.
El alcalde de Venecia anunció el viernes la apertura de una cuenta bancaria para todos aquellos que, en Italia y en el extranjero, deseen contribuir con las reparaciones. “Venecia, un lugar único, es el legado de todos, y con su ayuda, Venecia volverá a brillar”, explico Brugnaro.
Más al sur, en Toscana, otras dos joyas de la arquitectura, cultura e historia mundiales, como Florencia y Pisa, fueron puestas en alerta máxima debido a la amenaza del agua. El presidente de la región de Toscana, Enrico Rossi, tuiteó una advertencia sobre el riesgo de desborde del río Arno y anunció sobre el despliegue de pontones en las riberas en Pisa como “medida de precaución”.
El ejército tuiteó fotos de soldados consolidando las defensas en las riberas del Arno, que también cruza Florencia, y cuyas aguas han crecido peligrosamente desde la noche del sábado. Los bomberos difundieron un video de uno de sus barcos yendo al rescate de personas atrapadas por las aguas en la provincia de Grossetano, en el sur de la región toscana.
La ciudad-museo florentina fue devastada en 1966 por inundaciones mortales que dejaron cien muertos y destruyeron valiosas obras maestras del Renacimiento.
El gobierno italiano del primer ministro Giuseppe Conte aprobó el establecimiento del estado de emergencia en Venecia y anunció la liberación de 20 millones de euros “para las intervenciones más urgentes”, con indemnizaciones de 5 mil euros a los vecinos damnificados y hasta 20 mil para los comerciantes.
Venecia, construida en 118 islas e islotes en su mayoría artificiales y sobre pilotes, ya se ha hundido 30 centímetros en el mar Adriático en el último siglo.
El ministro de Medio Ambiente, Sergio Costa, cree que la fragilidad de Venecia aumentó debido a la “tropicalización” del clima, con lluvias intensas y fuertes ráfagas de viento, vinculadas al calentamiento global. Los ecologistas también acusan a la expansión del gran puerto industrial de Marghera, ubicado frente a Venecia.