Washington.— El momento de terminar “la guerra más larga de Estados Unidos” llegó. El presidente Joe Biden anunció que la misión que originó la intervención concluyó y para el 11 de septiembre prevé retirar las tropas aún en el terreno. La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) hará lo propio, a partir de mayo.

Apodada como la “guerra eterna”, la ofensiva del ejército estadounidense en el país comenzó como respuesta a los atentados del 11 de septiembre de 2001 (11-S). 20 años después —y con 2 mil 488 soldados estadounidenses fallecidos y decenas de miles de afganos muertos—, Biden marcó justo el 11-S como plazo para que los últimos militares estadounidenses dejen el país.

“Creo que nuestra presencia en Afganistán debería estar enfocada en la razón por la que fuimos ahí en principio, para asegurarnos de que Afganistán no se convirtiera en una base para atacar nuestra nación otra vez. Hicimos eso. Cumplimos ese objetivo”, defendió Biden. “La guerra de Afganistán —que se inició en octubre de 2001, con la misión de cazar a Osama bin Laden, autor de los atentados del 11-S— no fue diseñada para ser un proyecto de generaciones”.

Recordó que es el cuarto presidente que gobierna con tropas estadounidenses en Afganistán —después de George W. Bush, Barack Obama y Donald Trump— y prometió que no pasará esa “responsabilidad a un quinto”.

Trump prometió sacar a las tropas de Afganistán antes del 1 de mayo, pero ahora Biden prevé empezar el proceso de retirada en esa fecha, como también harán los aliados de la OTAN, que mantiene en Afganistán la misión Apoyo Decidido para asesorar, entrenar y formar las fuerzas de seguridad locales. Cuenta en la actualidad con 9 mil 592 efectivos, de los cuales Estados Unidos aporta 2 mil 500 —sin contar a mil elementos de las fuerzas especiales—. El resto se distribuye entre miembros de la Alianza y socios de la organización, como Georgia.

El presidente afgano, Ashraf Ghani, aseguró que las fuerzs afganas son “totalmente capaces” de defender al país, “como lo han estado haciendo hasta ahora”.

Sin embargo, la apuesta es elevada. El retiro, advirtió el director de la CIA, William Burns, implica correr un “riesgo significativo” de que Al-Qaeda y otros grupos terroristas encuentren un refugio en Afganistán.

El gobierno de Estados Unidos está consciente del peligro pero, a decir de Biden, “no podemos continuar este ciclo de extender o expandir nuestra presencia militar en Afganistán con la esperanza de crear condiciones ideales para nuestra retirada y esperando un resultado diferente”. Tanto Washington como la OTAN creen que “no hay solución militar a los desafíos que enfrenta Afganistán”.

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