Varias mujeres afganas han iniciado una campaña en las redes sociales para protestar contra los estrictos códigos de vestimenta que el nuevo gobierno Talibán ha impuesto a las estudiantes.
Usando hashtags como #DoNotTouchMyClothes (no toques mi ropa) y #AfghanistanCulture (cultura de Afganistán), muchas están compartiendo fotos y reivindicando en ellas sus coloridos vestidos tradicionales.
Sodaba Haidare, periodista de la BBC, habló con la mujer que impulsó la iniciativa, la académica afgana Bahar Jalali.
Si buscas "ropa tradicional afgana" en Google, puede que el resultado te abrume: decenas de imágenes de ropas multicolor.
Son únicas, con bordados hechos a mano y diseños vistosos, pequeños espejos colocados cuidadosamente alrededor del pecho, faldas largas y plisadas, perfectas para dar vueltas durante el Attan, baile nacional de Afganistán.
Algunas mujeres lucen sombreros bordados, otras pesados tocados, dependiendo de la región de Afganistán de la que provengan.
En los últimos 20 años decenas de mujeres han lucido la versión simplificada de esta indumentaria a diario para ir a la universidad o al trabajo, a veces reemplazando las faldas con jeans, los sombreros por pañuelos.
Pero las imágenes del último fin de semana en Kabul han sido un gran contraste.
Para apoyar "las órdenes de los talibanes", varias mujeres vistieron largas abayas negras y cubrieron por completo su rostro y sus manos.
Asimismo, varias mujeres se manifestaron a favor de los talibanes en Kabul, y a través de un video algunas de ellas dijeron que aquellas que lucen maquillaje y ropa moderna "no representan a la mujer afgana musulmana".
A lo que añadieron que no quieren "los derechos de mujeres extranjeras en desacuerdo con la sharía", en referencia a la versión estricta de la ley islámica promovida por los talibanes.
No tardó en llegar la respuesta de decenas de afganas de todo el mundo, que se unieron a la campaña iniciada por Jalali, exprofesora en la Universidad Americana de Afganistán, en las redes sociales.
Jalali dice que empezó esta campaña porque una de sus "mayores preocupaciones es que la identidad y soberanía de Afganistán están siendo atacadas".
Jalali publicó una fotografía suya en Twitter con un vestido verde y urgió a otras a seguir su ejemplo para mostrar "el verdadero rostro de Afganistán".
"Quería decir al mundo que los atuendos que se han visto en los medios (refiriéndose a los usados por las mujeres pro-Talibán) no son parte de nuestra cultura. No son nuestra identidad", dijo.
https://twitter.com/spozhmey/status/1437022301069922305
Muchos quedaron desconcertados por la forma en que las mujeres se habían vestido en la manifestación a favor de los talibanes.
Para muchos afganos, los rostros y manos completamente cubiertos son un concepto extraño. Están acostumbrados a los coloridos y caleidoscópicos vestidos tradicionales.
Cada región en Afganistán tiene su propia vestimenta tradicional, pero tienen en común el color, el uso de espejos y los bordados.
Y estas mujeres también comparten un pensamiento: que sus vestidos son parte de su identidad.
"Este es el auténtico vestido afgano. La mujer afgana viste atuendos coloridos y modestos. El burka negro jamás ha sido parte de nuestra cultura", tuiteó Spozhmay Maseed, activista de derechos humanos en Virginia, Estados Unidos.
"Durante siglos hemos sido un país islámico y nuestras abuelas han usado modestamente sus atuendos tradicionales, no el chadari azul inventado y el burka negro", dijo Maseed.
"Nuestra ropa tradicional representa nuestra rica cultura e historia de 5.000 años que enorgullece a cada afgano".
Incluso aquellos que vivían en las partes más conservadoras del país dicen que jamás habían visto a mujeres vestir niqab, una prenda negra que cubre el rostro.
"Publiqué esa foto porque somos mujeres afganas, vestimos nuestra cultura con orgullo y pensamos que un grupo terrorista no puede definir nuestra identidad. Nuestra cultura no es oscura, no es blanca y negra. Es colorida y hay belleza, arte, artesanía e identidad".
Así dice Lima Halima Ahmad, una investigadora afgana de 37 años y fundadora de la Asociacion Afgana Paywand, centrada en cuestiones de mujeres.
https://twitter.com/limaahmad/status/1437077001848958983
Ahmad ha vivido y trabajado los últimos 20 años en Afganistán.
"Las mujeres podían elegir. Mi madre usaba un velo largo y grande y algunas optaban por vestir uno más pequeño. Los códigos de vestimenta no se aplicaban a las mujeres", dice Ahmad.
"No habíamos visto situaciones en que la mujer estuviera completamente cubierta, con una especie de uniforme sombrío, en que los ojos ni siquiera se ven. Parece que se ha ordenado así específicamente, como una forma de exhibición", agregó Ahmad, en referencia a la manifestación a favor de los talibanes.
Malali Bashir, una periodista afgana que vive en Praga, también participó en la campaña de Twitter.
Dice que en el pueblo donde creció, "el burka, blanco o negro, nunca fue norma".
"Las mujeres vestían sus ropajes tradicionales. Las más adultas lucían un velo negro y las más jóvenes usaban chales de colores. Las mujeres saludaban a los hombres dándoles la mano".
"Recientemente ha habido una presión creciente sobre la mujer afgana para que cambie su atuendo y cultura, se cubra completamente y desaparezca de la vista pública", prosigue.
"Subí mi foto y compartí una de mis pinturas en que las mujeres afganas lucen nuestros vestidos tradicionales y bailan la danza nacional conocida como Attan".
https://twitter.com/MalaliBashir/status/1382773687280140295
Los funcionarios talibanes dicen que las mujeres podrán estudiar y trabajar de acurdo a la ley sharía y la cultura local tradicional, aunque se aplicarán estrictas reglas de vestimenta.
Algunas mujeres afganas ya han comenzado a vestirse de manera más modesta y el chadari, la prenda azul que cubre todo el cuerpo y deja un rectángulo de malla delante de los ojos, ha regresado y se ha visto a más mujeres usándolas en Kabul y otras ciudades.
El ministro de Educación Superior, Abdul Baqi Haqqani, anunció este domingo que las universidades estarán segregadas y que los velos serán obligatorios para todas las estudiantes.
Aunque no especificó si esto significa que se cubrirá la cabeza o el rostro de manera obligatoria.