La gran explosión del miércoles en el volcán Kilauea de Hawai podría marcar el comienzo de erupciones más violentas que podrían lanzar rocas a kilómetros de distancia y cubrir las localidades cercanas con cenizas y esmog, anunció el Servicio Geológico de Estados Unidos.

Kilauea, el volcán más activo de Hawái, entró en erupción el jueves y un poderoso terremoto sacudió el cráter al día siguiente. La lava que fluye de las fisuras en su flanco ha destruido al menos 36 viviendas y otros edificios, y provocado la evacuación de unos dos mil residentes.

El USGS advirtió que más erupciones violentas en el cráter podrían comenzar a mediados de mayo, lanzando rocas que pesan varias toneladas a más de 800 metros, proyectiles del tamaño de piedrecillas a varios kilómetros y llevar cenizas a zonas ubicadas hasta 32 kilómetros de distancia.

"Este es el primero de tal vez más eventos similares por venir", dijo Tina Neal, la científica a cargo del Observatorio de Volcanes de Hawái del Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS, por su sigla en inglés), en una conferencia telefónica sobre la explosión del miércoles.

La localidad de Hilo, a unos 40 kilómetros al noreste de Kilauea en la Isla Grande de Hawai, y la aldea de Pahoa, a 39 kilómetros al este, podrían estar expuestas a la contaminación del aire volcánico o una capa de ceniza si se dan erupciones explosivas y cambian las direcciones predominantes del viento, explicó Neal.

Los geólogos advirtieron que las explosiones pasadas del Kilauea habían sido relativamente pequeñas a escala global, y aunque las cenizas del volcán representan una molestia como irritanción para los ojos y las vías respiratorias, no constituyen un riesgo grave para la salud.

"No prevemos que haya devastación o evacuaciones masivas necesarias en ningún lugar del estado de Hawai", dijo Donald Swanson del Observatorio de Volcanes de Hawai del USGS.

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