Toronto.— El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, presionó de manera indebida a la entonces procuradora general, Jody Wilson-Raybould, para que desistiera de acusar penalmente a una empresa en un caso de conflicto de interés, informó ayer el comisionado de ética de Canadá.
El caso contra el gigante de ingeniería SNC-Lavalin, revelado a principios de este año, opacó la imagen de chico de oro que ha tenido el premier, costó el empleo a dos ministros y a dos altos funcionarios, y sumió a los liberales en un empate en las encuestas con los conservadores con miras a las elecciones del 21 de octubre.
El comisionado independiente de ética parlamentaria, Mario Dion, dijo: “El primer ministro, directamente y a través de sus altos funcionarios, utilizó varios medios para ejercer influencia sobre Wilson-Raybould. “La autoridad del primer ministro y su oficina fue utilizada para eludir, socavar y, con el tiempo, intentar desacreditar la decisión de la directora de acusaciones públicas, así como la autoridad de la señorita Wilson-Raybould”.
Trudeau deberá pagar una pequeña multa de hasta 500 dólares canadienses (375 dólares estadounidenses). En un intento por extinguir el incendio, el primer ministro respondió: “Asumo la responsabilidad de los errores que he cometido”. Hasta ahora había rechazado categóricamente las acusaciones de que su círculo íntimo trató de proteger a SNC-Lavalin de un juicio por corrupción.
La firma fue acusada en 2015 de pagar supuestos sobornos para asegurar contratos en Libia. La exfiscal general se negó a pedir a los fiscales que dejaran el caso y el juicio está listo para continuar, pero después de renunciar, testificó que había sufrido una presión política para intervenir en el caso.