Rangún.— La policía de Birmania presentó su primera acusación formal a la líder depuesta del país, Aung San Suu Kyi, dijeron miembros de su partido. La acusación de poseer walkie talkies importados ilegalmente salió a la luz dos días después de que la sometieran a arresto domiciliario.
Según los informes policiacos, la Nobel de la Paz y consejera de Estado, que fue arrestada el lunes junto a parte de su gobierno, fue acusada después de que los militares encontraron en su vivienda el aparato de comunicación telefónica importado ilegalmente. La líder birmana, de 75 años, y que se encontraba hasta ahora en arresto domiciliario en la residencia gubernamental de la capital, Naipyidó, se podría enfrentar a una pena de hasta tres años de cárcel por ese delito y tendrá que permanecer detenida al menos hasta el 15 de febrero.
El vocero de la Liga Nacional para la Democracia (LND), Kyi Toe, confirmó la acusación contra Suu Kyi.
El presidente derrocado Win Myint está acusado de quebrantar la ley de gestión de desastres naturales, entre los que se incluye la pandemia, al haber desplazado en un viaje en plena campaña electoral 220 vehículos en contra de las medidas por el Covid-19 que prohíben la reunión de más de 30 personas.
A pesar de que el martes un portavoz de su formación política, la LND, aseguró que Suu Kyi continuaba en arresto domiciliario en su residencia oficial de la capital y se encontraba “en buen estado de salud”, se desconocía si había sido trasladada para ser interrogada. Myint sí fue trasladado a un cuartel militar en Rangún, la mayor ciudad del país.
El político de 69 años ejercía de presidente desde 2018, aunque la líder de facto era Suu Kyi, nombrada como consejera de Estado, un puesto diseñado para sortear el artículo de la Constitución que veta la presidencia a quienes tengan parientes inmediatos extranjeros, lo que es su caso.
El ejército, que ha empezado a clausurar sedes de la LND en varias provincias, ha ido liberando desde el lunes a miembros del gobierno y líderes regionales mientras que ordenó a 350 parlamentarios que abandonaran las residencias gubernamentales en las que los tenía retenidos.
El golpe militar ha generado en el país un incipiente movimiento de desobediencia civil y el personal sanitario de más de 70 hospitales y centros médicos de Birmania se sumó a una convocatoria de protesta.
La huelga del personal sanitario llegó después de que la noche del martes en Rangún se celebrara con un seguimiento masivo un cacerolazo en protesta por el levantamiento de los militares, que gobernaron con puño de hierro el país de 1962 a 2011.
Conforme al estado de emergencia decretado, las tropas mantendrán el poder durante un año y celebrarán elecciones, en una fecha no precisada, para entregar el poder al partido vencedor en las urnas.
El general Min Aung Hlaing, nuevo líder del país, anunció que el gobierno militar tiene previsto investigar un supuesto fraude en las elecciones del año pasado.
Este jueves, Facebook informó que algunos de sus servicios han sido “interrumpidos” en el territorio. “Exhortamos a las autoridades a restablecer la conexión ”, declaró un portavoz.