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Washington.— Estados Unidos encara unas elecciones con dos candidatos hombres, blancos y viejos, que comparten otra cualidad: acusaciones de abuso sexual. Si en 2016 fueron más de una docena de mujeres las que acusaron al ahora presidente Donald Trump —las negó todas—, ahora es su futuro rival, el exvicepresidente Joe Biden, el que tiene que hacer frente a su pasado.
El perfil de Biden en su trato a las mujeres siempre ha estado bajo la lupa: sus “gestos inapropiados”, como abrazos y toques de cabello fueron examinados hace un tiempo hasta el punto de que tuvo que prometer que vigilaría más su interacción social. Todavía se recuerda la inacción en el caso de Anita Hill, quien acusó al juez del Supremo Clarence Thomas de haberla violado.
Hace algunas semanas, Tara Reade, una exempleada de Biden cuando era senador a principios de los años 1990, hizo público que fue abusada sexualmente por el líder demócrata en los pasillos del Congreso. “No hubo ningún intercambio, me arrambló contra la pared”, contó.
En sus palabras, Biden la manoseó por debajo de la camiseta e incluso la penetró con los dedos. “Soy una demócrata de toda la vida, madre soltera que estudió leyes y fue violada por Joe Biden, mi exjefe, un demócrata”, escribió Reade en Twitter.
A pesar de que la acusación se hizo hace más de un mes, últimamente ha crecido el escrutinio sobre Biden, después que Business Insider, hace un par de días, publicara que dos mujeres corroboraban la acusación. La presunta víctima ha exigido que se hagan públicos los registros documentales de la época de Biden en el Senado, donde habría la denuncia que interpuso en su momento. Biden no ha hecho ninguna declaración pública sobre el tema. El asunto no se comentó en el traspaso oficial de testigo entre la exsecretaria de Estado Hillary Clinton, candidata demócrata en 2016, y Biden, en la oficialización del apoyo.
Sólo su portavoz, Kate Beding-field, negó los hechos, en un comunicado en el que animaba a las mujeres a que usen “su derecho de contar su historia, y los reporteros tienen la obligación de comprobarlos rigurosamente”. Algo que The New York Times y The Washington Post dijeron haber hecho, sin encontrar “patrones” de mala conducta de Biden. Sin embargo, el Post publicó en un editorial el reclamo de que se sepa la verdad sobre el abuso.
Según varios medios, desde la campaña se han enviado a varios puntos a figuras y comentaristas demócratas en los que, básicamente, se les anima a corroborar que las acusaciones “nunca sucedieron”.
Una organización a favor de los derechos de las mujeres dijo al Times que “sería un momento increíble para que Biden mostrara su liderazgo” . Las pocas figuras que han hablado del tema, como las senadoras Amy Klobuchar o Kirsten Gillibrand, han expresado su confianza en Biden. Los fieles a Trump han aprovechado para meter el dedo en la llaga, uniéndolo a una de sus máximas: que el silencio es parte de una colusión entre demócratas y prensa para acabar con el presidente Donald Trump.
Se espera que Biden anuncie en breve la creación del comité que tiene que asesorarlo en la elección de su número dos, la mujer que será su compañera de ticket y aspirante a vicepresidenta de Estados Unidos.