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Una jueza de Kentucky inculpó este miércoles con cargos criminales a un policía por el caso de Breonna Taylor , una afroestadounidense que murió tiroteada en su casa el 13 de marzo durante una intervención que ha sido denunciada en las manifestaciones contra el racismo en Estados Unidos.
La jueza Annie O'Connell anunció los cargos por "conducta peligrosa" hacia el prójimo en primer grado contra Brett Hankison, uno de los tres agentes involucrados en el tiroteo. Este cargo es de menor gravedad que una acusación de homicidio .
Un gran jurado confirmó que uno de los implicados en el suceso, el exagente de policía Brett Hankinson, ha sido acusado de tres cargos de imprudencia temeraria en primer grado, lo que le expone a un máximo de 15 años de cárcel, y que no acusará al resto de los policías.
La noticia generó una ola de indignación en las calles de Louisville, la ciudad de Kentucky donde Taylor murió a tiros el pasado 13 de marzo después de que tres agentes entraran en su casa para llevar a cabo una orden de registro presuntamente en busca de estupefacientes, que al final no encontraron.
El abogado de la familia Taylor, Ben Crup, señaló su indignación por los cargos, señalando que estos se deben a que las balas llegaron a otros apartamentos, pero no están relacionados con la muerte de Taylor.
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"¡Esto es escandaloso y ofensivo!", indicó en Twitter.
La jueza determinó el arresto del agente y estableció una fianza de 15.000 dólares. El policía fue destituido en junio, al igual que los otros dos agentes que lo acompañaron.
Taylor, una trabajadora médica de 26 años, se ha convertido en un símbolo de la lucha de los manifestantes contra el racismo y la brutalidad policial en Estados Unidos.
Previendo protestas, las autoridades declararon estado de emergencia en Louisville.
El alcalde la localidad, Greg Fischer, dijo que la medida va acompañada del cierre al tráfico del centro de la ciudad, donde se levantaron barricadas y se cerró el palacio de justicia federal.
Taylor fue asesinada poco después de la medianoche del 13 de marzo cuando tres agentes entraron en su casa de Louisville para llevar a cabo una orden de registro presuntamente en busca de estupefacientes, que al final no encontraron.
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Su muerte, junto con la de George Floyd, un hombre negro que murió en mayo después de que un oficial de policía blanco de Minneapolis le presionase el cuello con la rodilla, desencadenó una ola nacional de protestas que exigían justicia racial y el fin del uso excesivo de la fuerza por parte de las fuerzas del orden.
lsm