Brasilia.— El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, conmemoró este lunes los 100 primeros días de su gobierno con fuertes críticas al legado de su antecesor, Jair Bolsonaro, y el compromiso de seguir “reconstruyendo” el país con foco en los más pobres.
“Fueron 100 días de mucho trabajo, pero todavía tenemos mil 360 días para seguir reconstruyendo este país”, afirmó Lula en una reunión ministerial carente de grandes anuncios.
El mandatario hizo un balance general de lo primeros meses de su gestión, de la que dijo sentirse orgulloso y declaró su optimismo en relación al futuro económico del país frente al pesimismo del Fondo Monetario Internacional o el Banco Mundial.
“Brasil volvió a tener un gobierno que se mira en el pueblo brasileño y se despierta temprano para cuidar de los que más lo necesitan, que en los últimos años fueron víctimas de la ausencia de gobierno en este país”, dijo.
“Brasil volvió” fue el lema sobre el que construyó un largo discurso que interrumpió en ocasiones para poner deberes a sus ministros sobre asuntos específicos, como estudiar endurecer las penas por trabajo esclavo, facilitar el acceso a los especialistas en el sistema público de salud o ampliar la red vial.
En su pronunciamiento, el mandatario dirigió duras críticas a Jair Bolsonaro, a quien acusó de intentar “perpetuar el fascismo” en Brasil al gastar “millonarios" recursos del Estado” para su frustrada reelección en octubre del año pasado.
“No se construye un país desarrollado sobre las ruinas del hambre, los ataques a la democracia, la falta de respeto a los derechos humanos y la desigualdad de renta, raza y género”, indicó el mandatario brasileño.
Lula mencionó “el intento de golpe de Estado” que sufrió el pasado 8 de enero, cuando miles de bolsonaristas, tachados por el actual gobernante de “reaccionarios y fascistas”, invadieron y destrozaron las sedes de la Presidencia, el Congreso y el Supremo para forzar su caída.
Y todavía avisó: “Tenemos mucha gente a la que no le gusta la democracia impregnada aquí”.
El líder del Partido de los Trabajadores (PT) también dirigió críticas en contra del Banco Central, al que está presionando desde hace semanas para que baje la tasa oficial de intereses, actualmente en 13.75% anual, lo que a su juicio está dificultando el crecimiento del país.
“Continúo creyendo que están jugando con este país, con el pueblo pobre y con el empresario que quiere invertir”, sentenció Lula da Silva.