Washington.— El aborto y los derechos de la población LGBTIQ+ dividieron a las organizaciones de la sociedad civil durante la 53 Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA), que arrancó ayer en Washington.
En medio de aplausos, decenas de activistas conservadores expresaron su preocupación por el “avance” en la región de lo que llaman “ideología de género” y pidieron que se respetara la vida “desde la concepción”.
“Se deben garantizar y salvaguardar los derechos humanos que son inalienables y que comienzan con el derecho a la vida”, dijo Omayra Álvarez, activista antiaborto de República Dominicana, durante una sesión en la que intervinieron las organizaciones de la sociedad civil invitadas a la Asamblea General.
Tanto Álvarez como otros activistas criticaron duramente a la OEA por haber presuntamente limitado el espacio de las organizaciones. “Me encuentro aquí bajo protesta, por la falta de previsión que impidió el acceso y le negó la entrada a estas instalaciones” a otros representantes de ONG de la región, señaló Amalia Villarreal, activista mexicana de la organización Brazos y Lazos.
Villarreal insistió, además, en que el debate en torno a temas de género y de derechos reproductivos en la región se ha visto “coaccionado” bajo una “estigmatización de discursos de odio y homofobia” que “en muchos casos no existe”.
En contraste, activistas en defensa de las personas LGBTIQ+ y a favor del acceso al aborto pidieron que se respetaran los derechos reproductivos y humanos en la región. María Teresa Blandón, activista y feminista nicaragüense, recordó el emblemático caso Beatriz, una joven salvadoreña ya fallecida que en 2013 solicitó interrumpir su embarazo y se le impidió, y que está siendo estudiado por la Corte Interamericana de Derechos Humanos. “El caso Beatriz constituye un claro ejemplo del impacto que la penalización del aborto tiene sobre la vida de las mujeres”, dijo Blandón y señaló que “en los últimos años más de 80 mil niñas (…) sufren embarazos y partos como víctimas de violación”.
Suzanne Bridgewater, de la organización caribeña Coalición LGBTI, denunció el ataque a las comunidades sexualmente diversas en la región.
“Estamos alarmados por el discurso de odio que se traduce en violencia contra los grupos LGTBI, debemos crear un espacio de apoyo y seguridad”, expresó la activista.
Mientras, Rosa María Payá, la hija de Oswaldo Payá, el opositor cubano fallecido en 2012, pidió a la OEA que imponga consecuencias a Cuba, después de que un informe confirmara la participación del gobierno castrista en la muerte de su padre.
Además, el presidente de Ucrania, Volodimir Zelensky, invitó a los países de la OEA a la cumbre internacional que quiere convocar para lograr la paz en su país y que podría celebrarse en julio.
“Para restaurar la paz necesitamos un esfuerzo colectivo y, por supuesto, en particular, su apoyo y liderazgo”, dijo en un mensaje en video emitido durante la 53 Asamblea General de la OEA. Zelensky instó a los 35 Estados miembros del organismo panamericano a que se unan a Ucrania y a “todas las naciones libres del mundo” para implementar la llamada Fórmula de Paz ucraniana y participar en la Cumbre Mundial para la Paz.