Miami.— Estados Unidos enfrentará en un año una de las elecciones presidenciales más cruciales de la historia reciente. En ambos partidos el se ha tornado más y más polarizado, dejando ver profundas divisiones internas.

Los demócratas moderados, grupo al que pertenece el presidente Joe Biden, intentan negociar con los progresistas de su partido que exigen cambios radicales. Y entre los republicanos, cada día que pasa también se presentan divisiones internas en función de los problemas que envuelven al exmandatario y aspirante presidencial Donald Trump.

“Varias encuestas muestran que la mayoría de los votantes, de ambos partidos, no quieren ni a Biden ni a Trump en la boleta presidencial”, comenta a EL UNIVERSAL Pablo Salas, analista y politólogo en Florida; “no creen que tengan la fortaleza, la salud y el dinamismo de lo que Estados Unidos necesita en estos momentos”.

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Una encuesta de The New York Times/Siena College, refleja, entre otras cosas, que el presidente Biden actualmente sólo tiene 33% de aprobación de parte de los estadounidenses. Para la mayoría de los encuestados, ni Trump ni Biden representan ya las inquietudes y necesidades de la población.

“Para los demócratas y la mitad de los republicanos, Donald Trump fue un error que jamás debió llegar a la presidencia, y para los republicanos y los demócratas progresistas, lo mismo sucede con Joe Biden”, señala el analista. “Lo cierto es que la presidencia de Biden fue una consecuencia de la presidencia de Trump”.

Como pocas veces se ha visto en la historia moderna de Estados Unidos, Biden y Trump “han dividido a sus propios partidos”, comenta a este diario un vocero de Mi Familia Vota. “Muchos de los votantes son jóvenes y hacen comentarios sobre la necesidad de que haya un cambio generacional”, explica.

Joe Biden, presidente de EU, aborda la protección de la seguridad de jubilación de los estadounidenses desde la Casa Blanca en Washington, el 31 de octubre pasado. Foto: EFE
Joe Biden, presidente de EU, aborda la protección de la seguridad de jubilación de los estadounidenses desde la Casa Blanca en Washington, el 31 de octubre pasado. Foto: EFE

¿Fuego amigo en el Congreso?

El ala progresista demócrata en el Congreso estadounidense pide políticas más audaces y de mayor transformación, y creen que Biden no los representa. Entre ellos están los miembros del llamado grupo Squad, como Alexandria Ocasio-Cortez, Ilhan Omar, Rashida Tlaib y Ayanna Pressley. “También existen congresistas demócratas más moderados, pero que, aunque no lo dicen públicamente, tienen preocupación sobre si realmente puede ganar Biden la presidencia el próximo año,” comentan en Mi Familia Vota.

En el caso de los congresistas republicanos, la situación respecto al apoyo a Trump es mucho más compleja. Por un lado, están los críticos de Trump. “Se pueden identificar fácilmente, son los que votaron a favor de un segundo juicio político por lo del Capitolio en 2021”, dice Salas.

Entre estos se cuentan a Liz Cheney y Adam Kinzinger. “Voces muy influyentes entre los republicanos”, subraya el politólogo. Pero también están los que buscan un cambio de dirección del partido; son quienes estarían apoyando a Ron DeSantis para comenzar a escribir una nueva página entre los republicanos. Otros han dicho que preferirían a alguien que atrajera también el voto de los independientes y moderados.

Otro sector, el ala radical, sigue ciegamente a Trump, como quedó claro en la elección del presidente de la Cámara de Representantes.

Si no es Biden, ¿quién?

Si Biden y Trump se bajaran de la contienda presidencial por la razón que sea, muchos se preguntan quién realmente podría ser el reemplazo de cada uno para contender rumbo a 2024. Varios analistas consultados coinciden en que, en el caso del presidente Biden, los posibles candidatos a considerar son, en primer lugar, Gavin Newsom, actual gobernador de California, quien recibió importantes reconocimientos por el manejo de la pandemia; también es identificado como un gran estadista en el manejo económico de su estado y un progresista en temas cruciales como el aborto y la comunidad gay.

No se puede descartar a la vicepresidenta Kamala Harris, aunque despierta pocas simpatías en el país y muchos le critican ser una figura “gris” en el gobierno.

Elizabeth Warren tiene aún una base muy sólida de seguidores y como senadora de Massachusetts ha jugado un papel prominente en el ala progresista demócrata. Otro personaje es Pete Buttigieg, un joven y carismático demócrata que gana fama por su capacidad de comunicarse con las bases del partido.

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¿Quién, si no es Trump?

Del lado republicano, para suplir a Trump en caso necesario está, en primer lugar, el gobernador DeSantis, fortalecido por una renovada postura ultraconservadora y dura, “con un estilo más trumpista que Trump”, sugieren algunos, después de echar a andar la ley HB1718 en Florida contra la migración indocumentada y su postura contra el aborto y la comunidad gay.

Sin embargo, a pesar de ser el segundo en la lista republicana, DeSantis tiene 14.1% de popularidad frente a un Trump con 56.9% de aprobación, según la encuesta de FiveThirtyEight. A DeSantis le sigue Nikki Haley, con 8% a su favor.

La atención estadounidense

Más allá de quiénes terminen siendo los aspirantes presidenciales de cada partido rumbo a la Casa Blanca en 2024, están las preocupaciones y los intereses de los votantes estadounidenses. “La inflación, el empleo y la estabilidad económica son temas cruciales para todos los votantes”, asegura Mi Familia Vota. “El costo de vida y la seguridad de obtener los ingresos está en el top de las preocupaciones de la población”.

También están las políticas de inmigración, la seguridad fronteriza y el trato a los migrantes como otro tema central de los votantes. “Lo que hoy vemos en la frontera [sur de la Unión Americana] jamás lo habíamos visto, y todo lo que está pasando debe obligar al gobierno que de una vez por todas haga una reforma migratoria más humana y justa”, advierte la organización promotora del voto.

La seguridad nacional ocupa un lugar especial después de la invasión rusa contra Ucrania y desde el inicio de las hostilidades en Medio Oriente, en especial por el apoyo a Israel. Y se suman la salud y los derechos reproductivos, la educación, el cambio climático, la portación de armas, los derechos civiles y el uso de la tecnología, entre otros más.

Florida vs. California

Entre lo más interesante que se espera está el debate que sostendrán Ron DeSantis y Gavin Newsom el próximo 30 de noviembre en Georgia, el cual será transmitido por la cadena de tendencia conservadora Fox News Channel y conducido por Sean Hannity, identificado como más de derecha.

“Será un debate televisado con todo el sabor a presidencial”, comenta Pablo Salas, “Newsom debatirá con un ambiente en su contra; televisora y moderador son conservadores como DeSantis”.

Tendrá una duración de 90 minutos y los promotores piensan que este tipo de eventos pueden ayudar para que Trump y Biden dejen de ser la preferencia de sus respectivos partidos.

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