Nueva York. Las campanas tañeron y los nombres de las 2 mil 977 víctimas fueron recordados este lunes en las ceremonias de conmemoración del 22 aniversario de los atentados perpetrados por la organización terrorista Al-Qaeda en Nueva York, Washington y Pennsylvania; los peores de Estados Unidos. También hubo espacio para recordar a los héroes de cuatro patas que ayudaron en los rescates de los oscuros días que siguieron al 11 de septiembre de 2001.

Ellos buscaron, olfatearon, escarbaron días y noches entre los escombros de las Torres Gemelas. Y, al igual que los humanos, al no encontrar más que cadáveres, se desmoralizaron.

Unos 50 perros, la mayoría pastores alemanes, trabajaron por semanas, intentando hallar sobrevivientes bajo los enormes escombros de metal y cemento, señaló en su momento el diario La Nación de Costa Rica.

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Sin embargo, las horas pasaban y todo parecía en vano: sólo cinco personas heridas habían sido rescatadas en las primeras horas que siguieron a los atentados. Miles eran reportadas como desaparecidas.

Billy, un pastor de tres años y medio, hizo una pausa entre dos misiones. "No ha encontrado nada (...) Hemos tenido solo dos días de descanso desde el 11 de septiembre (...) Es un poco duro para él", aseguró en ese entonces Gary Freitag, un guía de la unidad canina de la policía de Nueva York.

"Estos perros quieren encontrar personas vivas, es para eso que están entrenados. Billy no encuentra los cadáveres: no conoce el olor. Él no es recompensado con la comida, su recompensa es jugar".

Al paso de los días, los guías tuvieron que inventar pequeñas estrategias para subir la moral de los lomitos. "Vamos a un edificio vacío, escondemos un policía en un armario para que lo encuentre el perro", sonreía Freitag, confesando la forma como el animal "se contenta. Es bueno para su moral".

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Un dispensario fue instalado a orillas del río Hudson para brindarles cuidado a los perros. Pero aunque allí eran atendidos de cortes y heridas en las patas, no había quien aliviara su tristeza y depresión.

"Cuando no encuentran personas vivas, es difícil motivarlos", explicó Douglas Wyler, uno de los veterinarios, a La Nación. "A los perros no les gusta encontrar cadáveres. Ellos los van a encontrar, pero no se sentirán recompensados. Se van a deprimir".

"Estos perros son muy buenos, son profesionales. Pero como todos los profesionales pueden ser víctimas de la depresión", concluyó.

Veintidós años después, continúa la identificación de víctimas. Este año fueron identificadas dos más, un hombre y una mujer cuyos nombres no han hecho públicos por expreso deseo de las familias, lo que las convierte en las víctimas número mil 648 y mil 649, gracias a tests avanzados de ADN.

Quedan todavía alrededor de mil 100 restos humanos por identificar, almacenados en el Museo Memorial Nacional del 11 de Septiembre, situado junto al lugar donde se levantaban las torres.

"Nunca olvidaremos", dijo el presidente demócrata Joe Biden, que rindió homenaje a las víctimas de los atentados desde la base aérea de Anchorage, en Alaska, donde hizo una escala en su viaje de regreso de India y Vietnam.

"Los terroristas robaron la vida de 2.977 personas aquel día... pero aquellos terroristas no pudieron tocar lo que ninguna fuerza, ningún enemigo, nadie jamás pudo: y eso es el alma de Estados Unidos", dijo el presidente.

Por la noche, un tributo de luz recordó el punto donde se encontraban las Torres Gemelas que cayeron hace 22 años. Con información de agencias

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