La cuarta denuncia penal en contra del expresidente pareciera más de la misma historia, pero coloca al republicano en un escenario de pesadilla: 91 acusaciones y un año en el que estará más ocupado con sus líos judiciales que en la campaña con la que busca regresar a la Casa Blanca.

¿Dónde exactamente está parado Trump? En el caso de Georgia, enfrenta 13 cargos, entre ellos, el de violar la ley contra organizaciones corruptas de Georgia por supuestos intentos de revertir el resultado electoral en el estado en 2020, cuando ganó Joe Biden, lo que conlleva pena de prisión mínima de cinco años y máxima de 20.

Hace dos semanas fue imputado por un gran jurado de Washington D.C., por supuestos intentos de revertir el resultado de las elecciones presidenciales de 2020 y su rol en el asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021. Por este caso podría ser condenado a 20 años.

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En Nueva York, Trump enfrenta 34 cargos por supuestos pagos a la actriz porno Stormy Daniels, con la que tuvo un affaire en el pasado, para comprar su silencio durante la campaña electoral de 2016, así como por pagos a otros personajes, igualmente en un intento por acallar cualquier información que obstruyera su camino a la presidencia.

La cuarta causa penal en su contra es en Florida, donde se le acusa de 40 cargos relacionados con haberse llevado, ilegalmente, documentos clasificados que sacó de la Casa Blanca y que mantuvo ocultos en su mansión de Mar-a-Lago.

Trump y sus simpatizantes insisten en que se trata de una cacería de brujas, de acusaciones amañadas que buscan impedirle regresar a la Casa Blanca en 2024. Hasta ahora, ninguno de estos casos ha hecho mella en su popularidad. Al contrario, se mantiene más de 30 puntos arriba frente a su más cercano rival entre los republicanos, y a la par de Biden, quien también anunció que va por la reelección.

De acuerdo con expertos legales, el caso más difícil para Trump es el que enfrenta en la capital estadounidense. “La violación de las elecciones en D.C., creo que es un slam dunk legal”, dijo a la cadena británica BBC Anthony Michael Kries, profesor de Derecho electoral y laboral en la universidad estatal de Georgia. “Creo que podría ser el más difícil [para Trump] para vencer”.

El factor determinante es si la fiscalía podrá probar que Trump actuó de forma intencional al cometer esos delitos. Que conspiró, a sabiendas de que había perdido, para revertir el resultado. “La persona tiene que saber que [lo que dice] es falso, y luego a propósito, intencionalmente, hacer la declaración con el fin de influir en la actividad del gobierno”, dijo Morgan Cloud, profesor de la Facultad de Derecho de la Universidad de Emory.

Tanto en este caso como en el de Georgia, Trump ha insistido, sin pruebas, en que hubo fraude en las elecciones y que él ganó y no Biden. Uno de sus abogados, John Lauro, reiteró que su cliente cree “de corazón” que ganó la elección y ve difícil que la fiscalía pruebe lo contrario. Alega, a la vez, que Trump usó su derecho a la libre expresión, que le concede la Primera Enmienda.

Sin embargo, falta por ver también las declaraciones de coacusados, como en el caso de Georgia, para saber si se mantendrán al lado de Trump o viran y lo abandonan.

Fuente: AFP
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El papel del jurado

Otro elemento clave serán los jurados. La fiscalía o la defensa deberán convencerlos de sus argumentos. El resultado es impredecible, sobre todo considerando que sólo se puede emitir una condena cuando se considera, “más allá de toda duda razonable”, que el acusado incurrió en los delitos que se le imputan. La decisión debe ser unánime. Estos dos factores juegan a favor de Trump. “No necesita convencer a 12 personas... sólo necesita a una”, dijo Kreis a BBC.

Stephen Collison, analista de CNN, ve la situación de Trump desde otra perspectiva. “Lo más impactante de la cuarta acusación contra Trump no es la acusación en sí, sino que en 17 meses podría levantar la mano para jurar como el presidente número 47, jurando preservar, proteger y defender una Constitución respecto de la cual está acusado de complotar para destruir”.

A decir de varios expertos, la verdadera razón que llevó a Trump a buscar su regreso a la Casa Blanca no es siquiera una revancha, sino el que como presidente podría indultarse, o lograr que se desestimen los casos en su contra. Sin embargo, con la acusación en Georgia enfrenta un escollo: al tratarse de un caso estatal, no puede indultarse, pues sólo puede hacerse en casos federales.

¿Qué pasa con la opinión pública?

Hasta ahora, Trump ha logrado mantener a una buena parte de la ciudadanía estadounidense de su lado, igual que a los republicanos que lo defienden por ser “uno de los suyos”, pero la desbandada comienza a notarse entre los aspirantes del partido que lo ven como una mala imagen y un obstáculo.

El caso de Georgia podría convertirse en el más mediático de todos e incluso ser transmitido por televisión. La pregunta es: ¿se mantendrá la opinión del lado del exmandatario una vez empiecen los juicios y argumentaciones en su contra?

Un último elemento: se prevé que los juicios se desarrollarán a lo largo de 2024, convirtiéndose en un gran distractor para un Trump que va codo a codo con Biden. El calendario político y legal de Trump “va a estar en un curso de colisión a medida que se acercan las primeras contiendas estatales críticas a principios del próximo año... El caso federal de Trump relacionado con el 6 de enero podría comenzar tan pronto como el 2 de enero del próximo año, pocos días antes de los caucus de Iowa”, dijo Averi Harper, de ABC News. El peor escenario sería un Trump que, habiendo sido elegido presidente de nuevo, sea condenado a prisión. En esa situación inédita, nadie sabe qué pasaría.

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