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Todos los países de América Latina y el Caribe cuentan con algún tipo de leyes para intentar prevenir la violencia contra las mujeres. En ese contexto, como cada 25 de noviembre, miles de mujeres recuerdan este lunes a gritos, con pancartas y recorriendo las calles de muchas ciudades de la región que los abusos y las muertes continúan a un ritmo inaceptable.
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), la entidad que asegura que todos los países de la región tienen algún tipo de normativa al respecto, habló de una “pandemia en la sombra” y ofreció cifras.
En 2022, mataron por razones de género al menos a 11 mujeres al día en la región. En 2023, fueron 10, pero sin lugar para la euforia. En sólo seis países —Colombia, Chile, Guatemala, Panamá, Paraguay y Uruguay— hubo 760 tentativas de feminicidio.
Una de cada cuatro mujeres en la región ha experimentado violencia física y/o sexual por parte de su pareja al menos una vez en su vida y una de cada cinco niñas y adolescentes están expuestas con matrimonios forzados.
Las marchas estaban previstas la tarde del lunes desde México a Chile, aunque en algunas ciudades como Tijuana, en el extremo oeste de la frontera mexicano estadounidense, los actos por el Día Internacional de la Eliminación de la violencia contra la Mujer comenzaron la víspera leyendo los nombres de las asesinadas en ese lugar, con algunas de sus fotos pegadas en el suelo de una calle de la localidad.
La CEPAL denuncia que menos de un tercio de las mujeres que viven estas situaciones utilizan los servicios públicos diseñados para ellas, por lo que urgió a los estados a generar más confianza en las instituciones y recordó que este tipo de violencias tiene más víctimas: hijos, hijas y personas dependientes de las mujeres.
Aunque las metodologías difieren, los datos de la Organización de Naciones Unidas son igual de preocupantes. En el mundo, aproximadamente 51.100 mujeres y niñas fueron asesinadas por sus parejas o familiares durante 2023, una cada 10 minutos.
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Además, la ONU alerta que este tipo de violencia se ceba en poblaciones vulnerables y fuerza desplazamientos. Según sus datos, el 60% de las mujeres en movilidad ha sido víctimas de acoso o violencia. “Niñas de 12 años reciben inyecciones anticonceptivas ante el alto riesgo de ser violadas en el trayecto”, denunció.
La organización también mencionó otro tipo de violencia, la que surge de las redes y puso un ejemplo: tan sólo en México, más de 10 millones de mujeres adolescentes y jóvenes fueron víctimas de ciberacoso el año pasado.
Frente a estas realidades, otro problema es la normalización de violencia, agregó la ONU.
Este fue uno de los temas destacados este año por el gobierno mexicano, liderado por primera vez por una mujer, la presidenta Claudia Sheinbaum. México lanzó una campaña en la que uno de los lemas es “No es normal, es violencia” para subrayar que determinadas actitudes muy aceptadas que hacen de menos a las mujeres no deben tolerarse más.
Sheinbaum, que tomó posesión el 1 de octubre de un país con muchos territorios azotados por la violencia generalizada de los cárteles, dijo el lunes que no quiere ser sólo un “símbolo” y, por ello, las reformas legales en marcha que prevén que haya fiscalías especializadas en violencia de género en todo el país. Aunque está por ver si podrán reducir los altos niveles de impunidad existentes.
En países donde no hay marchas, como Cuba, el gobierno ofreció por primera vez datos. Dijo que en 2023 hubo 110 mujeres asesinadas por sus parejas o exparejas, pero consideró que la mayoría no fue por “violencia de género”.
aov/mgm